Los comienzos de año suelen estar llenos de buenos propósitos, y aprovechar nuestra predisposición por querer cumplir con todas esas buenas intenciones es una excelente idea. Se trata de que en el listado de deseos que queremos llevar a cabo en el nuevo año incluyamos cuidar nuestra salud cardiovascular para poder disfrutar más del día a día. Un objetivo que lograremos si seguimos estos cuatro pilares de la vida saludable:
Rutinas saludables
Como sabes, la alimentación y el deporte son elementos esenciales cuando hablamos de salud. Si seguimos una dieta equilibrada en la que incluyamos los nutrientes adecuados (hidratos de carbono, proteínas y grasas en la proporción que corresponde, lo que básicamente se corresponde con la dieta mediterránea) e incorporamos a nuestro día a día el ejercicio, ya habremos recorrido una buena parte del camino a seguir. Para que estos dos aliados de la salud cardiovascular sean efectivos debemos recordar que tanto la alimentación saludable como el deporte deben formar parte de nuestras rutinas diarias.
Retoma tus propósitos
Un error en el que caemos con frecuencia es el de creer que, si por alguna razón nos hemos olvidado de nuestros buenos propósitos un día, al día siguiente ya no tiene sentido retomarlos. Sin embargo, que una tarde nos hayamos saltado el gimnasio o hayamos optado por un plato con muchas grasas a la hora de cenar no quiere decir que debamos olvidarnos de nuestras rutinas saludables para siempre. Al contrario: deberíamos retomar nuestro plan cuanto antes para poder seguir protegiéndonos de la enfermedad cardiovascular.
No olvides controlar los factores de riesgo
Prácticamente desde que nacemos, comienza una carrera hacia la enfermedad cardiovascular. La razón es que, con la edad, las arterias van envejeciendo y las placas de colesterol van depositándose en ellas, de forma que las arterias se van obstruyendo. Por eso, si viviéramos muchos años, todos acabaríamos padeciendo enfermedad cardiovascular.
Pero eso no significa que no podamos hacer nada por ralentizar el proceso. Si vigilamos de cerca factores de riesgo como la hipertensión, la diabetes, la obesidad, el tabaquismo o los niveles altos de colesterol, podremos actuar en caso de que alguno de ellos se descontrole. Podemos hacerlo a través de sencillos análisis para ver los niveles de colesterol y de azúcar en sangre, además de tomándonos de vez en cuando la tensión y vigilando el peso.
Di adiós definitivamente al tabaco
Desterrar los malos hábitos de nuestro día a día es siempre un buen objetivo. Entre ellos se encuentra el tabaco, responsable de alrededor de 15.000 muertes cardiovasculares al año solo en nuestro país. Nuestro cuerpo agradece que dejemos de fumar ya desde los primeros días, evidenciando una serie de cambios que son un regalo para el organismo. En poco tiempo mejora la frecuencia cardiaca y el control de la tensión, además de que disminuye el riesgo de arritmias. Y según los estudios realizados, si quien ha dejado de fumar había pasado por un infarto, al año de abandonar el tabaco su riesgo de sufrir un segundo infarto se reduce a la mitad.