Es uno de los factores de riesgo cardiovascular más frecuentes: la Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que la hipertensión afecta a más de 1100 millones de personas en todo el mundo. Sin embargo, podríamos reducir esa prevalencia siguiendo unas recomendaciones básicas. Por el contrario, mantener unas cifras de presión arterial elevadas puede traernos muchos problemas relacionados con la salud cardiovascular.
La presión arterial es la fuerza que ejerce la sangre contra las paredes de las arterias al ser bombeada por el corazón, y si esa presión es alta, tiene consecuencias. Las primeras las sufren las arterias, que se endurecen para soportar la presión arterial alta, lo que a su vez puede dificultar el paso de la sangre; es lo que se conoce como ateroesclerosis, que puede derivar en complicaciones graves como infarto de miocardio, hemorragia o trombosis cerebral. También aumenta el riesgo de arritmias, insuficiencia cardiaca, dilatación de aurícula izquierda, relajación disminuida del ventrículo izquierdo o hipertrofia del ventrículo izquierdo. Además, con la hipertensión no solo el corazón y las arterias se ven sometidas a mayor esfuerzo. También los riñones se ven afectados, por eso puede derivar en insuficiencia renal.
Valores recomendados
Para saber si nuestra presión arterial se encuentra en las cifras recomendadas, antes debemos distinguir entre los dos valores que mediremos. Uno de ellos es la presión sistólica, que es cuando el corazón se contrae. Es la cifra más alta de las dos que se miden. El otro valor corresponde al momento en que el corazón se relaja o está en reposo, entre latidos, y es la llamada presión diastólica.
Los siguientes valores pueden servirnos de indicadores para saber si nuestra presión arterial es normal:
- Presión arterial (PA) ideal: igual o inferior a 120/80 mmHg
- PA normal: igual o inferior a 135/85 mmHg
- PA normal alta: 136-139/86-89 mmHg
- HTA grado I: igual o superior a 140/90 mmHg
- HTA grado II: igual o superior a 160/100 mmHg
- HTA grado III o severa igual o superior a 180/110 mmHg
Cómo combatirla
Para evitar que nuestras cifras de presión arterial se eleven por encima de lo recomendado, hay cinco recomendaciones básicas que podemos seguir:
- Dejar de fumar. Tanto la presión arterial como la frecuencia cardiaca se incrementan con el tabaco. Por eso dejar de fumar es clave.
- Restringir el alcohol. El consumo excesivo de alcohol también aumenta la presión arterial, además de que favorece otros factores de riesgo cardiovascular.
- Mantenerse en el peso adecuado. La obesidad y el sobrepeso son enemigos de la hipertensión, de ahí que vigilar el peso sea una medida efectiva.
- Seguir una alimentación equilibrada evitando la sal. La alimentación saludable no solo nos ayudará a mantenernos en nuestro peso, sino que también se convertirá en una aliada a la hora de combatir la hipertensión. Especialmente si restringimos la sal, el azúcar y el consumo de grasas saturadas.
- Ejercicio frecuente. La actividad física repercute positivamente en todo el organismo, y uno de sus beneficios es precisamente que ayuda a combatir la hipertensión.
En caso de que las medidas anteriores no sean suficientes, la opción es combinarlas con tratamiento farmacológico.