Consiste en un ritmo cardiaco irregular y anormal, y es la arritmia más frecuente entre la población. De hecho, la fibrilación auricular es la que genera mayor número de consultas a los servicios de urgencias y también más días de ingreso hospitalario. Pero además, como explica el artículo Epidemiología de la Fibrilación Auricular, publicado en Revista Española de Cardiología, su prevalencia e incidencia se han incrementado con el tiempo: se calcula que cerca de un millón de personas en España la padecen y que cada año aparecen alrededor de 100.000 nuevos casos en nuestro país.
Entre las posibles causas de este incremento los expertos apuntan al envejecimiento de la población, el aumento de los factores de riesgo cardiovascular en la sociedad y la mejora de la supervivencia a enfermedades cardiovasculares. Y es que la mayoría de los casos se desencadenan a partir de la hipertensión - un estudio publicado en European Journal of Preventive Cardiology afirma que la hipertensión arterial (HTA) causa fibrilación auricular (FA), tal como recuerda la doctora Raquel Campuzano, presidenta de la Asociación de Riesgo Vascular y Rehabilitación Cardiaca de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), en este artículo-, o por problemas cardiacos -cualquier enfermedad en el corazón (de las válvulas, angina de pecho, infarto...) puede provocar fibrilación auricular-. Otra posible causa son las enfermedades hormonales. Sin embargo, también hay un importante porcentaje de pacientes, aproximadamente un tercio, en los que la causa es desconocida.
Riesgos de la fibrilación auricular
Independientemente de lo que haya desencadenado la fibrilación auricular, si se diagnostica y trata adecuadamente podremos controlar los principales riesgos de esta patología, entre los que figuran la aparición de embolias, ya que la fibrilación auricular puede producir coágulos de sangre que viajen desde el corazón hasta el cerebro y causar un infarto cerebral. También puede provocar el empeoramiento de patologías relacionadas con esta enfermedad, como la insuficiencia cardiaca (se estima que hasta un 30% de los pacientes con fibrilación auricular pueden desarrollar insuficiencia cardiaca).
Por eso es tan importante actuar a tiempo, de forma que podamos prevenirla o, en caso de que no sea posible, controlarla. Para lograr prevenirla, la recomendación de los especialistas es seguir un estilo de vida saludable que incluya ejercicio frecuente y dieta mediterránea. Con estas herramientas podremos mantener a raya factores de riesgo cardiovascular como la hipertensión, la diabetes, el colesterol elevado y la obesidad.
En cuanto al control una vez diagnosticada, es el cardiólogo quien debe indicar el tratamiento farmacológico más adecuado, que puede incluir medicamentos anticoagulantes y/o antiarrítmicos, y en ocasiones la realización de procedimientos de ablación. Pero, además, el estilo de vida saludable indicado para prevenirla es fundamental también a la hora de controlarla, ya que una adecuada alimentación y hacer ejercicio físico de intensidad moderada diariamente ayudarán a que la fibrilación aparezca con menos frecuencia.