Una de las potenciales consecuencias del síndrome de Brugada es la muerte súbita. Por eso, diagnosticarlo a tiempo es clave para poder prevenir la arritmia ventricular maligna que puede ocasionar esta enfermedad, evitando así que pueda darse la muerte súbita. Pero, ¿en qué consiste esta patología y cómo se puede diagnosticar a tiempo para poder ser tratada?
El síndrome de Brugada es una enfermedad de origen genético. Como explica el doctor Ignacio Fernández Lozano, cardiólogo del Hospital Universitario Puerta de Hierro de Madrid, en este vídeo de la sección #telodigodecorazón, se nace con ella, aunque no todos los que tienen el gen la van a desarrollar. “Es una anomalía en las células cardiacas que produce arritmias ventriculares. El corazón es estructuralmente normal y funciona con normalidad, pero a veces puede producir una arritmia ventricular maligna, que es la causa fundamental de la muerte súbita”, señala.
Se produce por la alteración en los genes que dirigen la formación de las proteínas cardiacas que regulan el paso de los iones a través de la membrana celular, conocidas como canales iónicos, por lo que se engloba en el grupo de las conocidas como canalopatías. Esa alteración crea alteraciones eléctricas que favorecen la aparición de arritmias, generalmente ventriculares, que pueden provocar síncopes o incluso muerte súbita.
Cómo diagnosticarlo
Un electrocardiograma puede ser suficiente para diagnosticarlo, y es que el síndrome de Brugada tiene un electrocardiograma característico que los médicos reconocen. Sin embargo, no está presente en todos los casos. “Los pacientes con síndrome de Brugada pueden tener hoy un electro patológico, anormal, y mañana un electro absolutamente normal. Por eso, para desenmascarar casos en los que el médico sospecha que hay un síndrome de Brugada, se puede hacer un electro bajo tests farmacológicos”, indica el doctor Fernández Lozano en este otro vídeo. Esta prueba consiste en inyectar al paciente un fármaco con el que, en caso de que el paciente tenga síndrome de Brugada, se mostrará el electrocardiograma característico de quienes padecen esta enfermedad.
Y, ¿cuándo se da esa sospecha? Habitualmente, el cardiólogo puede tenerla cuando, a pesar de que el electrocardiograma del paciente sea normal, se trata de una persona relativamente joven que ha tenido un síncope o una pérdida de conciencia con un patrón que pueda llevar a pensar que tiene un perfil cardiogénico, es decir, que súbitamente ha habido un problema cardiaco. Otra situación que puede hacer sospechar es que el paciente haya tenido antecedentes familiares de muerte súbita en personas jóvenes.
Cómo se trata
Cuando se está ante un paciente con síndrome de Brugada sintomático, es decir, que haya tenido algún episodio de muerte súbita resucitada o síncopes de etiología no aclarada, la solución pasa por implantar un desfibrilador, un dispositivo similar a un marcapasos que se implanta generalmente debajo de la clavícula izquierda y detecta si el paciente tiene una arritmia ventricular maligna. Si la detecta, la trata y previene la muerte súbita.
En caso de que se trate de un paciente con síndrome de Brugada asintomático, diagnosticado por el electrocardiograma pero sin que el paciente haya sufrido hasta la fecha síncopes ni muerte súbita, hay varias opciones. “En algunos casos se puede estratificar a través de un estudio electrofisiológico, ver los enfermos que son inducibles e implantar un desfibrilador a los pacientes a los que se identifican con mayor riesgo. Otra opción es adoptar una estrategia conservadora siguiéndolos clínicamente”, explica en esta intervención el doctor Ignacio Fernández Lozano.
En cualquier caso, el médico proporcionará al paciente recomendaciones como protegerse de la fiebre tomando antipiréticos o adoptar medidas físicas como duchas frías para evitar que le suba la temperatura, ya que la fiebre puede exponer al paciente a arritmias ventriculares malignas. También se deben consultar los fármacos a evitar.