Tras un infarto, un diagnóstico de insuficiencia cardiaca o de cualquier otro evento cardiovascular, a los pacientes se les suelen presentar muchas incógnitas. Las preguntas más frecuentes que surgen en la mayoría de ellos es si podrán volver a llevar una vida normal. Y la respuesta de los expertos es que la rehabilitación cardiaca es la forma más efectiva para conseguirlo.
Como explicaba Raquel Campuzano, presidenta de la Asociación de Riesgo Vascular y Rehabilitación Cardiaca de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), en el programa A su salud, “la rehabilitación cardiaca es un programa preventivo global que lleva a cabo un equipo multidisciplinar para que, la persona que ha tenido un evento cardiovascular, vuelva a reintegrarse a una vida completamente normal y, si es posible, que no vuelva a tener ningún evento cardiovascular. Seguir un programa de rehabilitación cardiaca puede reducir hasta el 50% los nuevos problemas cardiacos que podríamos tener en un futuro, por lo que merece mucho la pena”.
De hecho, este programa puede lograr que el paciente tenga una calidad de vida mejor de la que tenía antes. Entre otras razones, porque la rehabilitación cardiaca enseña a cambiar los hábitos de vida para siempre. “En el programa de rehabilitación cardiaca vamos a enseñar a hacer ejercicio físico adaptado a la condición cardiológica y global de cada persona, intentar que quienes estaban fumando dejen de fumar, que se adhieran a la dieta mediterránea, que tengan un mejor control de las emociones y, por supuesto, un control estricto global de todos sus factores de riesgo como el colesterol, la tensión, la diabetes, la obesidad… Por eso estos programas son tan eficaces”, explicaba la doctora Campuzano.
¿Cómo funciona?
La población a la que está dirigida la rehabilitación cardiaca es toda aquella persona que haya tenido un problema cardiovascular como un infarto, una angina de pecho, una cirugía cardiaca o una cardiopatía congénita, y en el programa intervienen distintos especialistas. “Siempre tenemos que contar al menos con un cardiólogo, un enfermero, un fisioterapeuta y un médico rehabilitador. Pero también todos los médicos consultores que pensemos que un paciente con una enfermedad cardiovascular pueda necesitar, como un nutricionista, urólogo, neumólogo… Y siempre en equipo con atención primaria. Muchísimos compañeros son absolutamente imprescindibles y de gran ayuda, y cuantos más podamos sumar en las unidades de rehabilitación cardiaca, mejor”, afirmaba la presidenta de la Asociación de Riesgo Vascular y Rehabilitación Cardiaca de la SEC.
El programa incluye entrenamiento con ejercicios, modificación de los factores de riesgo, evaluación psicosocial y evaluación de resultados. Y, como se detalla en este artículo, se compone de tres fases: la primera tiene lugar durante la hospitalización, la segunda fase comienza tras el alta hospitalaria y en la tercera fase, el objetivo es que el paciente aprenda a integrar hábitos saludables en su rutina para el resto de su vida.
Hasta hace poco tiempo, estos programas se desarrollaban predominantemente en unidades de rehabilitación cardiaca de hospitales y de algunos centros de salud. Pero hoy la tecnología permite que se haga también desde el domicilio gracias al programa Aula Abierta RC. “Lo novedoso de Aula RC, que se crea por la Asociación de Riesgo Vascular y Rehabilitación Cardiaca de la SEC, es que es el primer programa avalado por una asociación científica de acceso totalmente gratuito y online. Simplemente con que se tenga una conexión a Internet se puede acceder a aularc.es”, indicaba la doctora Raquel Campuzano explicando que, además de para los propios pacientes, puede servir de ayuda a sus cuidadores e incluso a población general que quiera cuidar sus factores de riesgo cardiovascular.
Aunque el Aula Abierta RC no sustituye al equipo médico, sí supone un refuerzo de ese equipo. Se puso en marcha a mediados de 2020, ya el año pasado recibió el premio E-nnova Health 2021, y en la actualidad lo siguen más de 4.500 pacientes.