Cuidar nuestro corazón es fundamental para disfrutar de salud y calidad de vida. De esa forma podemos prevenir la aparición de enfermedades cardiovasculares, que se deben a trastornos del corazón y los vasos sanguíneos. Pero si ya se ha sufrido un episodio cardiaco, esa tarea es aún más importante. Para quienes se encuentren en esta última situación, la rehabilitación cardiaca es una aliada clave. Contestamos a cinco preguntas sobre ella.
Qué es
Los expertos definen la rehabilitación cardiaca como la suma de actividades requeridas para asegurar a los pacientes las mejores condiciones físicas, mentales y sociales posibles. El fin es que puedan mejorar su expectativa de vida y reintegrarse a una rutina completamente normal, disminuyendo las posibilidades de volver a sufrir un evento cardiovascular.
Por qué es tan importante
Como se explica en la ficha del paciente elaborada por la FEC, la Organización Mundial de la Salud (OMS) la considera una parte esencial de los cuidados que deberían estar disponibles para todos los pacientes cardiovasculares. Sus objetivos concretos son mejorar la capacidad funcional, aliviar o disminuir síntomas relacionados con la actividad, reducir invalidez injustificada y capacitar al paciente cardiópata para reincorporarse a su día a día y estar satisfecho con su rol en la sociedad.
A quién va dirigida
Todos los pacientes que acaben de sufrir un episodio cardiaco coronario o han sido tratados con angioplastia o cirugía cardiaca, tanto por angina como por infarto, y quienes padecen insuficiencia cardiaca obtendrán una larga lista de beneficios si se integran en un programa de rehabilitación cardiaca. También pueden beneficiarse de ella pacientes por patología valvular, cardiopatías congénitas o intervenidos por hipertensión pulmonar, entre otros.
Dónde se realiza
Los programas de rehabilitación cardiaca, que constan de tres fases, se pueden realizar tanto a nivel hospitalario como en el centro de salud y en el propio domicilio:
- Los programas hospitalarios van dirigidos a los pacientes que han sufrido una angina o un infarto con complicaciones tales como arritmias, pérdida de fuerza del corazón, o pacientes con otras enfermedades complejas y con alta limitación física, que precisan un control estrecho y monitorización por profesionales durante el ejercicio. Es decir, pacientes que cumplen criterios en la estratificación de moderado o alto riesgo.
- Los programas en los centros de salud tienen como objetivo a la mayoría de los pacientes sin complicaciones conocidas, los pacientes que cumplen criterios en la estratificación de bajo riesgo.
- Los programas domiciliarios pueden dedicarse a pacientes sin complicaciones conocidas y con buen estado físico, que no requieren una monitorización o control estrecho médico, que también son pacientes que cumplen criterios en la estratificación de bajo riesgo.
Qué se consigue con ella
Con los programas de rehabilitación cardiaca se pretende que los pacientes aprendan medidas para controlar sus factores de riesgo y mejorar sus hábitos de vida, y de esa forma controlar mejor su enfermedad. Además, pretenden hacer una detección precoz de disfunción psicológica o sexual y poner soluciones apropiadas en cada caso. Igualmente se espera una optimización de los tratamientos, disminución de olvidos u abandonos de medicación por parte de los pacientes y, en consecuencia, una disminución de los eventos cardiovasculares con la disminución del riesgo de mortalidad por estas enfermedades. La reincorporación al trabajo y a sus actividades cotidianas en óptimas condiciones es otro de sus objetivos.