Una alimentación saludable y la práctica de ejercicio son fundamentales para un buen estado de salud cardiovascular. Pero también es importante cuidar otro aspecto de nuestra salud al que se suele dar menos importancia: el bienestar emocional.
Los estados psicológicos positivos influyen positivamente en la salud de nuestro corazón. Así lo concluye un estudio estadounidense que analizó la relación entre el optimismo y la felicidad en el desarrollo de las enfermedades cardiovasculares. Según la investigación publicada en Psychological Bulletin, la revista de la Asociación Americana de Psicología (APA), tener una actitud positiva ante la vida y un estado de bienestar psicológico tienen un efecto beneficioso en la salud cardiovascular, hasta el punto de que las personas optimistas y con un mayor sentido de bienestar tienen un 50% menos de probabilidades de padecer una enfermedad cardiovascular.
Los investigadores llegaron a esta conclusión después de hacer una revisión de más de 200 estudios que analizaban la relación entre el optimismo y la felicidad en la salud. Entre otros efectos positivos, la felicidad contribuye a disminuir factores de riesgo cardiovascular como la hipertensión y los niveles de colesterol elevado porque este tipo de personas llevan hábitos de vida más saludables: se alimentan equilibradamente, hacen ejercicio y duermen lo necesario. Pero además, el bienestar emocional facilita el mantenimiento y desarrollo de otros factores sociales que han demostrado ser cardioprotectores, como el apoyo familiar y social. También influye directamente sobre algunos procesos biológicos de forma positiva, como el funcionamiento del sistema inmune.
Por eso, según los expertos, cuidar la salud emocional es tan importante como cuidarnos físicamente. Sobre todo es clave combatir los altos niveles de estrés, que se dan con frecuencia en nuestra sociedad porque, así como el bienestar emocional protege de las enfermedades cardiovasculares, los estados emocionales negativos perjudican a la salud. Así, los cuadros depresivos pueden incrementar hasta en un 64% las posibilidades de sufrir enfermedades cardiacas. Al igual que el insomnio, otro factor que se asocia al malestar emocional, está relacionado con mayor número de eventos cardiovasculares. Según el metaanálisis ‘Insomnia and risk of cardiovascular disease’, el riesgo de desarrollar o morir de enfermedad cardiovascular aumenta un 45% en las personas con insomnio en comparación con quienes no tienen alteraciones del sueño.
A pesar de que cuidarse emocionalmente sea clave para cuidar la salud cardiovascular, la Encuesta de Salud de la Fundación Española del Corazón (ESFEC) 2021 desveló que lo hacemos menos de lo que deberíamos: el 17,4% de la población adulta española padece estrés. Y también están muy presentes otros trastornos como la depresión. Según datos de 2020, el 5,4% de los españoles -2,1 millones de personas- sufre algún tipo de cuadro depresivo.