"Un elixir de la inmortalidad, una bebida que quita la sed, disuelve el sueño y anima el corazón; una las siete necesidades básicas de la vida diaria". Así es como los chinos definían el té hace miles de años. Pero, ¿sabes qué más puede hacer esta infusión por ti?
Muchas de las cosas consideradas placeres de la vida, como los dulces, comidas copiosas, alcohol, tabaco, han demostrado ampliamente, a través de diversos estudios, tener un efecto muy perjudicial sobre nuestra salud. Así, contribuyen a padecer hipertensión arterial, diabetes, enfermedades cardiovasculares, obesidad, etc. Sin embargo, el té es uno de esos excepcionales tesoros que no sólo es disfrutado a lo largo y ancho del mundo, sino que ofrece efectos beneficiosos cada vez más evidentes.
Los beneficios
Este conocimiento sobre los beneficios del té está basado en la experiencia milenaria de países Orientales como Japón, China, India, así como en múltiples estudios realizados. En Occidente, cada vez es mayor el interés sobre los posibles efectos beneficioso del té y ello ha motivado que, en las últimas décadas tanto científicos europeos como americanos, estén investigando sobre este tema. Al té se le atribuyen efectos beneficiosos como: prevenir la aterosclerosis (endurecimiento y estrechamiento de las arterias); disminuir los niveles de colesterol y de azúcar en sangre; reducir el riesgo de infarto; ayudar a controlar la hipertensión; proteger frente al cáncer, frente a la osteoporosis (pérdida de calcio en huesos) e incluso retrasar el envejecimiento. Dicho así, parecería que estamos ante una 'sustancia milagrosa', pero muchos de estos efectos no están comprobados científicamente y, como hemos comentado anteriormente, se basan en el saber y experiencia popular. Es por ello que no debe ser utilizado como una medicina ni sustituir en modo alguno los tratamientos de la medicina convencional, sino utilizarlo como ayuda.
¿Qué es?
Es una infusión preparada con hojas de un arbusto denominado camellia sinensis originario de China. Todos los diferentes tés provienen de esta planta. La diferencia entre ellos radica en el proceso de elaboración al que se someten sus hojas (vaporización, fermentación…).
El té contiene cafeína aunque en menor proporción que el café, por tanto estimula el sistema nervioso pero sin producir excitación. Sin embargo, las personas que padezcan con frecuencia de extrasístoles ventriculares (latidos adelantados del corazón), de palpitaciones o arritmias no deben tomar bebidas que contengan cafeína. Pero la mayor parte de los efectos beneficiosos del té se atribuyen a los flavonoides. Estas sustancias, también presente en alimentos como cebollas, manzanas, brócoli, actúan como antioxidantes, es decir, neutralizan los efectos de los radicales libres (moléculas que pueden ser perjudiciales para las células del cuerpo, incluyendo las del corazón).
En el año 2002 se publicó en la prestigiosa revista científica Circulation un interesante estudio en el que se observaba que las personas que habían padecido un infarto y tomaban té regularmente reducían el riesgo de sufrir un nuevo infarto en un 44% en relación con aquellos que no tomaban té, independientemente de la edad, sexo y otros factores relacionados con el estilo de vida. Aunque estos datos son muy alentadores hay que ser cautos a la hora de interpretar los resultados y se necesitan estudios más rigurosos y controlados para establecer firmemente este papel protector del té. Los autores de este estudio piensan que los flavonoides que contiene el té pueden prevenir la oxidación del colesterol LDL (colesterol malo) y de esta manera evitar su depósito en las paredes de las arterias. Además, estudios experimentales han demostrado que los flavonoides favorecen la relajación de los vasos sanguíneos, ayudando a controlar la hipertensión. También se le atribuye un efecto antitrombótico (evita la formación de coágulos en las arterias), mecanismo fundamental por el que se producen los infartos.
Otros componentes activos del té son minerales alcalinos, aceites aromáticos, que facilitan la digestión de grasas, y vitaminas (B1, B12, K, A), aunque en pequeñas cantidades.
¿Son iguales?
Estas propiedades se atribuyen a todos los tipos de té (verde, negro, oolong, blanco), aunque la fermentación destruye en parte muchas de sus sustancias activas; es por ello que el té verde (menos fermentado) es el que goza de mayores propiedades terapéuticas.
El contenido en cafeína también es diferente según los tipos de té (por ejemplo, el negro tiene más que el verde), tiempo de infusión (a mayor tiempo mayor cantidad de cafeína) e incluso según la forma de tomarlo (las bolsitas de té contienen hojas muy cortadas que liberan mayor cantidad de cafeína). El té verde embotellado, instantáneo o descafeinado tiene menos componentes beneficiosos.
Por todo lo dicho, parece recomendable tomar entre una o dos tazas de té diarias. Nos puede proporcionar un beneficio adicional y no tendría efectos perjudiciales. Sin embargo, en el caso de tomar medicamentos, no se aconseja hacerlo con té, ya que puede interferir en su absorción. En el caso particular de personas que toman anticoagulantes orales, el té puede disminuir su efecto, por lo que no se recomienda.
Prepárate un buen té
La mejor manera de tomar un té y aprovechar todos sus beneficios es añadir el agua hirviendo o a punto de hervir en la tetera preparada con el té dentro y dejar que la infusión se haga no más de 3-4 minutos. Si se mantiene más tiempo el té se vuelve amargo y parte de sus sustancias activas se destruyen. Además, se aumentan los niveles de cafeína.
Cuánta cafeína tiene un té
- Té verde 8-36 mg
- Té oolong 12-55 mg
- Té negro 25-110 mg
- Café 40-180 mg
Autora
Dra. María Ramos López
Cardióloga del Hospital Universitario Nuestra Sra. Candelaria (Santa Cruz de Tenerife)
Artículo publicado en el número 48 de la Revista 'Corazón y Salud'