¿El estrés lo está volviendo loco? Pues preste atención. Además de hacer ejercicio y salir a despejarse con los amigos -las maneras más conocidas de tenerlo a raya-, hay otras formas sencillas de reducirlo. Estas 8 estrategias le ayudarán a calmarse y, por el mismo precio, tendrá una dosis extra de mimos.
Disfrute de un baño
Ponernos a remojo nos calma, aseguran los psicólogos, ya que eso nos conecta con el tiempo que pasamos en el vientre materno. Pero es que, además, la mezcla de calor y humedad regula las frecuencias respiratoria y cardíaca, deja la piel suave y limpia, elimina toxinas; y, al humidificar las vías aéreas, produce un efecto expectorante muy útil cuando hay resfriados, tos, sinusitis y otras afecciones del sistema respiratorio. Además, un buen baño agregando al agua caliente unas gotas de aceite de lavanda rodeado de velas de aromas naturales es la mejor manera –y también la más rápida– de alcanzar un estado zen.
Tome fresas con chocolate
Cuando sufrimos episodios de mucho estrés, una de las tentaciones más recurrentes en las que se suele caer es en la de arramblar con todos cuantos dulces estén a la vista. Pero estos, con sus grandes cantidades de azúcar, pueden hacer que nos aumente el nivel de glucosa en la sangre, lo que hará que nos sintamos aún más en el precipicio. En su lugar, pruebe a tomar un bol de fresas bañadas en chocolate negro. La vitamina C de las fresas es muy eficaz en la lucha contra los radicales libres que dañan el cuerpo y el chocolate negro ayuda a reducir las hormonas que provocan el estrés, como el cortisol.
Decore con lavanda
Esta fragante hierba tiene la virtud de reducir la frecuencia cardíaca y la presión arterial y su efecto beneficioso en episodios de depresión leve y falta de sueño está demostrado. En Grecia, un estudio corroboró que los pacientes de clínicas odontológicas que usaban aroma de lavanda en la sala de espera estaban más calmados. Y otro, alemán, reveló que una píldora de lavanda pude ser tan eficaz como el Lorazepam para reducir los síntomas de ansiedad. En vista de sus virtudes, no es mala idea poner lavanda seca en un jarrón cerca de la cama, usar cremas hidratantes o salpicar por las habitaciones unas gotas de la esencia.
Masajéese el cuero cabelludo
¿Recuerda la sensación de relax que experimenta cuando va a la peluquería y le enjabonan la cabeza con un ligero masaje? Pues puede (y debe) recrear esa experiencia en casa. Para eliminar todas las tensiones, masajéese el cuero cabelludo con las yemas de los dedos, moviéndolos desde el punto en el que nace del cabello hasta la parte de atrás tantas veces como desee. Este masaje, además de reducir el estrés, viene con un plus añadido: ayuda a liberar los aceites naturales del cuero cabelludo. Gracias a eso se consigue que el pelo esté más brillante y sedoso.
Apueste por el masaje sueco
No todos los masajes son iguales. El sueco, desarrollado por Henrik Ling alrededor de 1830 (en Suecia, claro), consiste en la manipulación sistemática de los tejidos suaves del cuerpo, masajeando siempre en contra del sentido de la circulación. Esta técnica ayuda a estimular la circulación sanguínea, el transporte de oxígeno en sangre, la actividad cardiovascular y la eliminación de toxinas de los músculos; y, como objetivo fi nal, debe conseguir una completa relajación muscular. También puede probar un masaje de aromaterapia, donde el terapeuta utiliza aceites esenciales durante el tratamiento.
Prepárese una manzanilla
Una reciente investigación ha revelado que uno de los componentes de la manzanilla (Matricaria recutita) se une a los mismos receptores que fármacos como el Valium. De ahí que esta planta provoque una sensación similar a la que provocan los tranquilizantes benzodiazepínicos. Los suplementos de camomila están indicados para casos de estrés pasajero, pero si la ansiedad es fuerte o persistente, pruebe a tomar, además, una infusión bien cargada para conseguir una dosis más concentrada del relajante. Además, el calor y el vaho de la infusión se sumarán al efecto benéfico.
Sude en la sauna
Quince minutos a 90 grados centígrados y un 99% de humedad son una fantástica medicina que proporciona cuatro beneficios: limpia la piel y libera los poros, elimina las toxinas, logra quemar hasta 300 calorías por sesión y promueve la relajación. Las investigaciones han demostrado que cuando sube la temperatura, el cuerpo libera endorfinas, unos neurotrasmisores encargados de las sensaciones de bienestar. Y cuando se liberan muchas endorfinas, como sucede en una sauna, hay un doble efecto: por un lado se alivian los dolores articulares y musculares y, por otro, se logra un estado de relajación total.
Pruebe con la reflexología
La reflexología es una terapia milenaria que consiste en aplicar presión a diferentes partes del cuerpo (pies, manos, nariz u orejas) para lograr un efecto benéfico sobre otras partes. Según sus teóricos, la digitopuntura alivia dolores de espalda y cuello, estreñimiento, gastritis, dolores menstruales, asma, cefalea... y rebaja el estrés. Y usted mismo, en su casa puede ser su propio terapeuta. Basta masajear las bases de los dedos de los pies o la bola del talón para sentir un alivio inmediato. Las endorfinas que se liberan con ese sencillo masaje son las que provocan esta sensación de relax.
Artículo publicado por Jorge Fabián en el número 113 de la revista Salud y Corazón.