Cerca de un millón de personas en España padecen fibrilación auricular, la arritmia más frecuente entre la población. Prueba de ello es que cada año aparecen alrededor de 100.000 nuevos casos en nuestro país. Sin embargo, sigue siendo una gran desconocida para la mayor parte de la sociedad. Conocerla a fondo es el primer paso para poder prevenirla o combatirla si ya se padece.
Una de las dificultades de su diagnóstico es que no siempre muestra claramente unos síntomas. Es la razón de que al menos el 10% de quienes la padecen no saben que la sufren. En muchas ocasiones se detecta en controles rutinarios, por lo que es importante no faltar a las revisiones periódicas. Sin embargo, en dos tercios de los pacientes sí provoca síntomas, por lo que debemos estar atentos a posibles señales que pueden alertarnos de que hay un problema. Los principales son los siguientes:
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aceleración del ritmo cardiaco.
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palpitaciones que se notan en el centro del pecho.
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empeoramiento de otras enfermedades a las que se asocia la fibrilación auricular como la hipertensión, la insuficiencia cardiaca o las enfermedades valvulares del corazón.
Para saber si cualquiera de esos síntomas responde realmente a una fibrilación auricular, los especialistas aconsejan acudir al cardiólogo para que realice un electrocardiograma que confirme o descarte la patología. En caso de que se confirme, el siguiente paso es realizar un estudio cardiológico completo para averiguar cuál es la situación del corazón.
Tratamiento y recomendaciones
Una vez que tenemos el diagnóstico, será el cardiólgo el que deberá indicarnos el tratamiento farmacológico más adecuado, que puede incluir medicamentos anticoagulantes y/o antiarrítmicos, y en ocasiones la realización de procedimientos de ablación. Pero además, hay ciertas recomendaciones generales relacionadas con el estilo de vida que pueden ayudarnos a combatir de forma eficaz la fibrilación auricular. Entre ellas, se encuentran las siguientes:
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Controlar los factores de riesgo. Tanto la hipertensión como la insuficiencia cardiaca, que son de las principales patologías que pueden provocar esta arritmia, deben ser vigiladas y tratadas. Igualmente es beneficioso controlar otros factores de riesgo como la diabetes -para lo que debemos mejorar los niveles de azúcar-, el colesterol y la obesidad.
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Hacer ejercicio. Una de las principales recomendaciones para los pacientes con fibrilación auricular es hacer ejercicio físico de intensidad moderada diariamente, que ayudará a que la fibrilación aparezca con menos frecuencia.
Si conseguimos controlar la fibrilación auricular podremos evitar los principales riesgos de esta patología, entre los que figuran la aparición de embolias o el empeoramiento de las patologías relacionadas con esta enfermedad como la insuficiencia cadiaca o las valvulopatías.