El deporte es un hábito cardiosaludable con el que podemos mejorar la salud de nuestro corazón. Pero para que ese objetivo se cumpla, debemos practicarlo respetando algunas recomendaciones siguiendo los consejos de los especialistas. Si vas a participar en la #CarreradelCorazón que celebramos el 29 de septiembre, ten en cuenta estas orientaciones durante los entrenamientos y el día de la prueba. De esa forma el running beneficiará tu salud cardiaca.
- Reconocimiento predeportivo. El screening cardiovascular o la valoración cardiovascular preparticipativa (VCVP) es la parte del reconocimiento médico deportivo destinada a detectar las enfermedades que predisponen a complicaciones cardiovasculares con el deporte. Generalmente consta de una historia clínica con los antecedentes familiares de enfermedades hereditarias del aparato cardiovascular, antecedentes personales y una entrevista dirigida para identificar posibles síntomas de alarma.
También incluye una exploración del aparato cardiovascular con auscultación y toma de presión arterial, además de una selección de pruebas que pueden variar según el criterio del profesional médico, pero que habitualmente incluyen el electrocardiograma, el ecocardiograma y la prueba de esfuerzo. De esa forma se descartan posibles dificultades del aparato cardiovascular que podrían inducir una muerte súbita o un accidente severo durante la práctica del deporte.
- Atención a los síntomas de alarma. Es importante reconocer si al practicar deporte se produce dolor torácico, dificultad para respirar mayor de la que solíamos tener, disminución del rendimiento sin causa aparente, palpitaciones, mareos o síncope. Aunque es muy posible que el síntoma no se deba a causas cardiológicas, la recomendación del colectivo médico es consultar con el especialista para descartar cualquier anomalía.
- No superar la frecuencia cardiaca recomendada. La frecuencia cardiaca máxima representa el número máximo de latidos por minuto que puede alcanzar el corazón en un esfuerzo máximo. Un valor que puede ser de utilidad, ya que superar nuestros límites puede traernos consecuencias negativas. Hay distintas formas de calcularla. Una de ellas es la que el doctor Karvonen desarrolló en 1957, según la cual la frecuencia cardiaca máxima para una edad determinada es la que resulta de restar la edad a 220. Esa cifra sería la frecuencia cardiaca máxima soportada por nuestro corazón, pero no debemos llegar a ella porque existen evidencias de que si la superamos, el corazón puede empezar a fallar. Lo adecuado es hacer ejercicio a una intensidad que sea el resultado de sumar a nuestra frecuencia cardiaca de reposo entre el 60% y el 80% de la diferencia entre nuestra frecuencia cardiaca de reposo y nuestra frecuencia cardiaca máxima calculada.
- Bien hidratados. La recomendación para hidratarse durante entrenamientos o competiciones en ambientes calurosos y húmedos es ingerir entre 400 ml y 600 ml de agua por hora de duración. Además, el agua debe ir acompañada por sales -el sodio es el principal responsable de mantener los líquidos corporales en los lugares deseados-, por lo que hay que intentar ingerir aproximadamente 0,5 g de sodio por hora de actividad.