“Un día es un día”, dice el refrán. Y lo cierto es que un exceso esporádico puede no ser tan perjudicial. Salvo que se den dos circunstancias: que el exceso sea extremo o que nuestro cuerpo ya padezca dificultades en el momento en que nos pasemos de la raya. Entonces, es posible que haya que lamentar consecuencias. Por esa razón, conviene conocer qué tipo de conductas pueden pasar factura a nuestro corazón en estas fechas. Conociéndolas podremos evitarlas.
- Grandes atracones con abundantes grasas y azúcares. No se trata de no probar el plato principal de la cena de Nochebuena ni de levantarse de la mesa antes de que que lleguen los postres para no caer en la tentación, pero sí de comer lo que nos guste con moderación. Lo más recomendable es procurar no abusar de alimentos ricos en grasas que aumenten los niveles de colesterol, sobre todo si hablamos de personas que ya padecen enfermedades cardiovasculares crónicas.
- Excesos con el alcohol. Las bebidas alcohólicas no son buenas aliadas de nuestra salud cardiovascular, y prueba de ello es que un consumo mantenido puede llegar a debilitar el corazón y causar una enfermedad denominada miocardiopatía dilatatada, provocando en el paciente síntomas de insuficiencia cardiaca. Pero además, hay determinadas arritmias cardiacas relacionadas con el consumo excesivo de alcohol, como la fibrilación auricular, que pueden responder a un consumo esporádico.
- Olvidarse de la báscula. Cada español suele engordar en estas fechas entre dos y tres kilos, y no mantener el peso a raya puede favorecer un importante factor de riesgo cardiovascular: la obesidad. Olvidarnos de nuestras rutinas cardiosaludables es una de las razones que los especialistas encuentran a la hora de explicar por qué se producen más eventos cardiacos en esta época, tal como demostró el estudio “Efecto de las vacaciones de Navidad", cuya conclusión es que la mortalidad cardiaca es superior en estas fechas, independientemente de que nos encontremos en una zona de altas temperaturas, como Nueva Zelanda, o de bajas temperaturas, como Estados Unidos.
- Nada de ejercicio. Durante las fiestas la rutina deportiva se olvida con frecuencia porque las comidas y los encuentros con amigos ocupan todo nuestro tiempo de ocio, pero hay que recordar que el sedentarismo es uno de los principales enemigos de la salud cardiovascular. Se aconseja realizar ejercicio aeróbico, como caminar, andar en bicicleta o nadar, a intensidad moderada al menos 30 minutos la mayoría de días de la semana.
- Picos de estrés. Según un estudio sueco publicado recientemente en 'The BMJ', el riesgo de ataque cardiaco alcanza su punto máximo alrededor de las 22.00 horas del día de Nochebuena, especialmente para las personas mayores y enfermas, probablemente debido a un mayor estrés emocional. Por eso es importante intentar evitar las situaciones de tensión o que puedan crear conflicto. Según la Guía Europea de Prevención Cardiovascular, que incluye el estrés como factor de riesgo cardíaco, debemos prestar atención a este proceso para que no acabe afectando a nuestra salud.