Dejar de fumar trae consigo numerosas ventajas para el organismo, y una de las mayores beneficiadas es la salud cardiovascular. Es la razón de ser de campañas como #HoyDecidoNoFumar, que la Fundación Española del Corazón ha puesto en marcha en la semana sin tabaco.
Hablamos con la cardióloga Regina Dalmau, miembro de la Sociedad Española de Cardiología, acerca de la manera más eficaz de abandonar el tabaco.
1. El primer paso: una decisión motivada
Según explica la doctora Dalmau, el primer paso es tomar la decisión “de forma positiva. Dejar de fumar no es una pérdida, es una oportunidad. Cuanto más motivados estemos a la hora de afrontar el cese, mayores probabilidades de éxito”, a lo que añade que las motivaciones dependen de cada persona, pero una muy clara es la de “mejorar la salud general y reducir la probabilidad de que aparezcan las innumerables enfermedades relacionadas con el tabaquismo”.
Sin embargo, la salud no es la única motivación. La doctora recuerda que entre los aspectos positivos también se encuentran “el ahorro económico, la ventaja de deshacerse de una dependencia que te esclaviza o la mejoría del aspecto físico y de la imagen que proyectamos hacia nuestro entorno familiar y profesional, entre otros.
2. El segundo paso: ponerse una fecha
Otro paso muy importante es ponerse una fecha para encender el último cigarrillo, elegir un momento adecuado para afrontar el reto. “Tener una fecha señalada en el calendario aumenta el grado de compromiso”, afirma la cardióloga Regina Dalmau. “Antes de esa fecha ya podemos anunciar a nuestro entorno la decisión de dejar de fumar, y de esa forma solicitar el apoyo necesario para evitar las tentaciones de recaer”.
3. Tercer paso: elegir el mejor momento
Según explica la doctora Dalmau, en general la motivación es más alta tras el diagnóstico de alguna patología relacionada con el tabaco, aunque lo ideal sería dejar el tabaco antes de ver sus consecuencias.
“Los momentos de motivación pueden ser muy diferentes de una persona a otra, cada uno tiene que buscar el suyo. En vacaciones estamos más relajados pero aumenta nuestra vida social, lo que a veces supone un obstáculo mayor. Mucha gente decide dejar de fumar cuando empieza un nuevo año, pero sin duda cualquier momento es bueno, y cuanto antes se abandone el tabaco, mayor es el beneficio en salud”, señala.
4. Medidas que ayudan
Para aumentar las probabilidades de éxito, el plan de cese debe ir acompañado de un conjunto de medidas entre las que se encuentran beber mucha agua, seguir una alimentación saludable y evitar comer alimentos ricos en calorías en sustitución del tabaco. Además, el ejercicio es una buena forma de reducir la ansiedad y la ganancia de peso habitual al dejar de fumar, por lo que también se recomienda.
En cualquier caso, si la abstinencia de tabaco se hace muy dura, la opción es “pedir ayuda a algún profesional con experiencia en tabaquismo. Puede ser el médico de familia, otros especialistas, enfermera, farmacéutico, psicólogo... En algunos casos nos recomendarán alguna terapia farmacológica para facilitar el cese”, señala Dalmau, quien recuerda que las intervenciones cognitivo-conductuales, orientadas a favorecer el cambio de conducta, han demostrado ser eficaces, al igual que algunos tratamientos farmacológicos, aunque lo que mejor resultados tiene es la combinación de ambas. “No obstante, hay que tener en cuenta que la mayoría de los fumadores (más del 80%) consiguen el cese sin ningún tipo de ayuda”, afirma.