Los momentos de relax son saludables en muchos sentidos, también en lo que respecta al sistema cardiovascular. La principal razón es que relajándonos nos olvidamos del estrés, un factor de riesgo según la Guía Europea de Prevención Cardiovascular. Y cada vez son más quienes sufren este “mal”: según el III Estudio de Salud y Estilo de Vida, nueve de cada diez personas residentes en España sufrieron estrés en algún momento durante el último año.
Entre las consecuencias que puede traer consigo pasar por situaciones estresantes se encuentran trastornos como la elevación de la presión arterial. Como explica en este artículo la psicóloga Julia Vidal, experta en ansiedad y estrés y miembro del Consejo de Expertos de la Fundación Española del Corazón, “existen mecanismos que producen una serie de cambios químicos característicos, debido a la activación del sistema nervioso simpático que produce elevación de la frecuencia cardiaca y la presión arterial, vasoconstricción coronaria, etc”. Y a todo lo anterior se suma que en muchas ocasiones el estrés y la ansiedad nos conducen a cambiar hábitos de vida por otros menos saludables como comer en exceso, dormir poco, hacer menos ejercicio o consumir más alcohol.
Cómo lograrlo
Por eso, tener momentos de relax a lo largo del día es una práctica recomendable con la que ganar salud. De ahí que dedicarnos algo de tiempo en el día a día para conseguirlo sea buena idea. Para lograrlo, contamos con algunas herramientas que pueden facilitarlo:
- Ejercicio. Hacer deporte nos ayuda a liberar tensiones y reducir los niveles de estrés, consiguiendo que nos relajemos tras su práctica. Además, al hacer ejercicio estaremos combatiendo otros factores de riesgo cardiovascular como la obesidad, la diabetes, la hipertensión arterial o los niveles altos de colesterol.
- Alimentación. Si seguimos una alimentación rica en verduras, frutas y fibra, y baja en grasas y azúcares, también estaremos contribuyendo a mantener el estrés a raya. En especial si además procuramos dejar fuera de nuestra dieta estimulantes como el café y el alcohol, ambos buenos aliados del estrés y la ansiedad.
- Dormir lo suficiente. Para que el sueño cumpla con su función reparadora debemos dormir lo suficiente. Y aunque no hay un número de horas recomendado que sirva como media para todos, sí hay un mínimo y un máximo que no conviene superar. Como explica en este artículo el Dr. Arrarte Esteban, cardiólogo coordinador de la Unidad de Prevención y Rehabilitación Cardiaca del Hospital General Universitario de Alicante y presidente de la Sección de Riesgo Vascular y Rehabilitación Cardiaca de la Sociedad Española de Cardiología, “diversos estudios, teniendo en cuenta las características individuales de cada uno, apuestan por un número de horas de sueño no inferior a 6 horas, pero tampoco superior a 10 horas”.
- Técnicas de respiración. También es buena idea seguir técnicas de respiración que nos ayuden a relajarnos. Entre ellas se encuentra la técnica de respiración por coherencia cardiaca, que permite controlar las aceleraciones y desaceleraciones del corazón. Como se explica en este artículo, se trata de inspirar y espirar de forma voluntaria lentamente para aumentar la amplitud de la frecuencia cardiaca. Gracias a esa sincronización entre la respiración y el ritmo del corazón se consigue entrar en lo que se llama ‘coherencia’.