Cada 15 minutos, una persona fallece en España por muerte súbita. Y en otros países la cifra es similar. De hecho, la muerte súbita es la tercera causa de muerte en Europa, llegando a triplicar la tasa de muertes por accidente de tráfico. Pero entre todos, podríamos lograr cambiar esos números.
Como explicaba el Dr. Pablo Loma-Osorio, cardiólogo del Hospital Universitario de Girona Doctor Josep Trueta, en el encuentro de la #SemanadelCorazón ‘Cómo reducir los fallecimientos por muerte súbita’, la muerte súbita es un fallecimiento que no se espera y no presenta síntomas previos, “por lo que quien lo sufre no suele estar en un hospital o en una farmacia”, recordaba añadiendo que cada año se producen unos 30.000 casos de parada cardiorrespiratoria fuera del hospital en España. De ahí que la intervención de la población general que presencie una parada cardiorrespiratoria sea fundamental para iniciar la cadena de supervivencia y lograr salvar vidas. Pero para lograrlo, la reacción tiene que ser rápida.
La razón es que la muerte súbita más frecuente “está relacionada con un problema eléctrico del corazón que se produce rápidamente y tiene muy poco tiempo para ser tratado. Deja sin circulación al cuerpo, y todas las células del cuerpo, de las que más consumen, que son las del sistema nervioso central, a las que menos, se van muriendo. Por eso desde los primeros minutos ya empieza a haber daños irreversibles. La única solución para evitar estos daños es actuar de la forma más rápida posible”, explica el Dr. Loma-Osorio.
En la actualidad, la tasa de reanimación realizada por población general es baja, señalaba en el mismo encuentro Miguel Corbí, cardiólogo del Complejo Hospitalario Universitario de Albacete. “Y eso, junto con un escaso uso del desfibrilador, hace que la tasa de supervivencia a una muerte súbita sea muy baja, en torno a un 8%”, añadía. Por eso es fundamental que todos sepamos qué debemos hacer cuando somos testigos de una parada cardiorrespiratoria, y es seguir los cinco pasos de la cadena de supervivencia:
1. Comprobar si la persona está consciente y respira
2. En caso de que no respire, llamar al 112
3. Practicar las maniobras de RCP (de 100 a 120 compresiones por minuto sobre el esternón)
4. Pedir a otra persona que localice el desfibrilador más cercano
5. Continuar con las maniobras de RCP hasta que llegue la ambulancia
Para agilizar la búsqueda del desfibrilador más cercano se desarrolló la aplicación Ariadna, un mapa colaborativo de desfibriladores en España en el que cualquier ciudadano puede ayudar a localizarlos aprovechando la tecnología. Se trata de que cualquier persona preste su ayuda subiendo, por geolocalización, la ubicación de los dispositivos DEA en espacios públicos o privados, o bien validando los que ya han sido dados de alta anteriormente por otros usuarios, e incluso completando con fotografías del lugar.
“La reanimación no debe depender única y exclusivamente del sistema sanitario avanzado”, recordaba el Dr. Pablo Jorge Pérez, cardiólogo del Hospital Universitario de Canarias y Coordinador del Grupo de Trabajo de Reanimación Cardiopulmonar de la Sociedad Española de Cardiología (SEC). A lo que añadía que si todos ponemos nuestro grano de arena siguiendo los pasos de la cadena de supervivencia podríamos salvar muchas vidas.