El 17,4% de la población adulta española padece estrés, según la Encuesta de Salud de la Fundación Española del Corazón (ESFEC) 2021. Un factor de riesgo cardiovascular que aumenta las posibilidades de sufrir enfermedad cardiaca. Así lo recoge la Guía Europea de Prevención Cardiovascular, y es que sufrirlo supone someter al organismo a tensiones que pueden afectar a la salud cardiaca.
Concretamente, las situaciones estresantes pueden afectarnos influyendo en trastornos como la elevación de la presión arterial. “Existen mecanismos que producen una serie de cambios químicos característicos debido a la activación del sistema nervioso simpático que produce elevación de la frecuencia cardiaca y la presión arterial, vasoconstricción coronaria, etc.”, afirma la psicóloga Julia Vidal, experta en ansiedad y estrés y miembro del Consejo de Expertos de la Fundación Española del Corazón, en este artículo.
De ahí que intentar controlar el estrés sea clave para mantener a raya este factor de riesgo, y para lograrlo los expertos aconsejan dedicar algo de tiempo diario para disfrutar de momentos de relax. A través de ese tiempo de relax podemos olvidarnos del estrés y beneficiar así a nuestra salud cardiovascular. Para conseguirlo, contamos con algunas herramientas que pueden ayudarnos:
- Practicar ejercicio físico. Cuando hacemos deporte liberamos tensiones consiguiendo reducir los niveles de estrés. Por eso, tras su práctica, el organismo entra en estado de relajación. No es el único beneficio que aporta la práctica de ejercicio físico. También ayuda a combatir otros factores de riesgo cardiovascular como la obesidad, la diabetes, la hipertensión arterial o los niveles altos de colesterol.
- Seguir una alimentación saludable. Lo que comemos y bebemos puede influir en nuestro organismo potenciando o disminuyendo los niveles de estrés. Estimulantes como el café y el alcohol potencian el estrés, por lo que lo ideal es reducir su consumo. Además, una alimentación rica en verduras, frutas y fibra, y baja en grasas y azúcares, ayuda a mantener el estrés a raya.
- Dormir lo suficiente. Descansar, dejando que el cuerpo se ponga a punto para afrontar el día a día, es esencial, por lo que debemos dormir lo suficiente. Aunque no hay un número de horas recomendado que sirva como media para todos, sí hay un mínimo y un máximo que no conviene superar. El Dr. Arrarte Esteban, cardiólogo coordinador de la Unidad de Prevención y Rehabilitación Cardiaca del Hospital General Universitario de Alicante, afirma en este artículo que “diversos estudios, teniendo en cuenta las características individuales de cada uno, apuestan por un número de horas de sueño no inferior a 6 horas, pero tampoco superior a 10 horas”.
- Practicar técnicas de respiración. Una herramienta que resulta muy útil para manejar el estrés y la ansiedad es la respiración. A través de un método denominado ‘respiración por coherencia cardiaca’ se logra un patrón de latido rítmico y fluido, entrando en lo que se denomina ‘coherencia cardiaca’ y en un estado de relajación y bienestar. Se trata de inspirar por la nariz durante cinco segundos, hinchando el abdomen, y espirar por la boca durante otros cinco segundos, contrayendo el abdomen. Lo ideal es que la duración del ejercicio será de 5 minutos.