El deporte es una de las herramientas fundamentales para cuidar tu salud cardiovascular, junto a una alimentación saludable. Ayuda a mantener controlados los factores de riesgo cardiovascular, contribuyendo a bajar los niveles de colesterol LDL y de triglicéridos, así como a subir los de HDL -popularmente conocido como colesterol “bueno”-, además de mantener a raya la diabetes, la hipertensión, la obesidad y el estrés.
Por eso, si eres uno de los participantes de la XIII Carrera Popular del Corazón, además de ayudarnos a concienciar acerca de la importancia de practicar deporte para prevenir las enfermedades cardiovasculares, estarás cuidando de tu corazón. Pero para disfrutar de esa carrera de 10 kilómetros y de los beneficios que trae el ejercicio intenso, hay algunas recomendaciones a tener en cuenta según los expertos:
- Reconocimiento predeportivo
Revisar tu salud cardiovascular antes de realizar una prueba como una carrera de 10 kilómetros es importante, ya que así podrás descartar enfermedades que predisponen a complicaciones cardiovasculares con el deporte. El reconocimiento predeportivo, también conocido como screening cardiovascular o valoración cardiovascular preparticipativa (VCVP) suele incluir una exploración del aparato cardiovascular con auscultación, toma de presión arterial y pruebas que pueden variar según el criterio del profesional médico, pero que en la mayoría de los casos consisten en un electrocardiograma, un ecocardiograma y la prueba de esfuerzo.
- Entrenar con tiempo suficiente
Dependiendo del estado físico de cada persona, las horas semanales de entrenamiento variarán. Pero, en cualquier caso, es importante comenzar de forma progresiva y emplear tiempo suficiente en la preparación de la prueba. Por eso los expertos aconsejan contar con un programa de entrenamiento individualizado que permita llegar a la carrera en buenas condiciones. El objetivo es afrontar la prueba con seguridad y eficacia, lo que implica no sobrepasar determinado kilometraje semanal. Para garantizar buenos resultados se puede recurrir a un profesional del ejercicio.
- Descanso
Los expertos llaman “entrenamiento invisible” a la recuperación tras el entrenamiento y el descanso previo a una prueba. Ese descanso ayuda a evitar la acumulación de fatiga física, que puede pasarte factura. De ahí que se aconseje dedicar siempre un tiempo al descanso tras el ejercicio físico, adecuando la carga de actividad física a la capacidad de rendimiento del deportista a lo largo del periodo de entrenamiento.
- Hidratación
En caso de beber menos agua de la que nuestro organismo necesita pueden comenzar a fallar algunas funciones e incluso llegar a comprometer la salud cardiovascular. El agua supone entre un 50 y un 70% de la masa corporal, y cuando disminuye ese porcentaje, el funcionamiento de los órganos puede encontrarse con dificultades. Al practicar ejercicio físico intenso, se pierde mayor cantidad de líquido, por eso, la hidratación es clave tanto durante el entrenamiento como en la prueba final. La recomendación general es ingerir entre 400 ml y 600 ml de agua por hora de ejercicio. El agua puede ir acompañada por sales -el sodio permite mantener los líquidos corporales-, y se pueden ingerir aproximadamente 0,5 g de sodio por hora de actividad.
- Atención a los síntomas de alarma
Las sensaciones corporales son importantes cuando se afronta una prueba que requiere un sobreesfuerzo. Si durante el entrenamiento o la prueba notas dolor torácico, dificultad para respirar mayor de la que sueles tener al entrenar, una disminución del rendimiento sin causa aparente, palpitaciones, mareos o sensación de desvanecimiento, es el momento de parar. Aunque esos síntomas pueden no deberse a causas cardiológicas, la recomendación del colectivo médico es detener la marcha y consultar con el especialista para descartar cualquier anomalía. Lo aconsejable es cesar la actividad de inmediato y apartarse saliendo de la pista, sentarse o tumbarse de lado y pedir ayuda.