Proporciona una imagen detallada del corazón, incluidas las cavidades y las válvulas, y además es una técnica de imagen no invasiva. Por eso, la resonancia magnética cardiaca es una prueba diagnóstica muy valorada por los cardiólogos. Pero, ¿cuándo está indicada y cómo se realiza?
Como explica en este vídeo de #enelcorazóndelhospital la doctora Simona Espejo, de la Sección de Radiología Cardiotorácica del Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba, “se utiliza en muchas indicaciones”. Sin embargo, las más frecuentes son el estudio de enfermedades del músculo cardiaco para diferenciar las diferentes causas que generan pérdida de fuerza del corazón.
La razón es que una técnica de imagen que permite no solo estudiar la anatomía cardiaca sino también la función de las diferentes cámaras cardiacas y la composición del tejido ventricular, identificando áreas de fibrosis, inflamación o necrosis. Proporciona imágenes en cualquier plano con alta calidad, además de tener la capacidad de diferenciar tejidos sin necesidad de emplear contraste intravenoso.
¿Cómo se realiza?
Aunque no siempre es imprescindible utilizar gadolinio, el contraste que se usa en ocasiones para identificar alteraciones en el músculo cardiaco, si se trata de la primera resonancia cardiaca que se hace un paciente es mejor que acuda en ayunas. También debe quitarse los accesorios que puedan contener material metálico, como pendientes, pulseras, anillos o reloj, antes de introducirse en la máquina de resonancia magnética.
Durante el proceso, el paciente debe permanecer tumbado e inmóvil en la máquina, un tubo largo y estrecho, aproximadamente de un metro de diámetro y abierto por sus extremos. En su interior, la persona está rodeada por un campo magnético que reacciona con los elementos magnéticos dentro del cuerpo y transmite una débil señal de radio. Esta se recoge y se procesa en un ordenador, ofreciendo una imagen que puede visualizarse en la pantalla. Durante la exploración el paciente escuchará un ruido generado por el equipo, por lo que se suelen colocar tapones en los oídos para evitar molestias. En ocasiones el técnico puede pedirle que contenga brevemente la respiración mientras se obtienen las imágenes del corazón.
En cuanto a la duración de la prueba, varía en función de cual sea la pregunta que se quiere responder con esta exploración. Una resonancia cardiaca completa con administración de gadolinio suele durar unos 45 minutos. Sin embargo, los avances tecnológicos han permitido acortar estos tiempos y para patologías convencionales las máquinas más modernas permiten una valoración en 15 minutos y sin necesidad de gadolinio en muchos pacientes.
¿Cuándo está contraindicada?
Como recuerda la doctora Espejo, la resonancia magnética cardiaca no se puede realizar en pacientes que lleven algún material ferromagnético en su interior, “sea de forma accidental, porque le haya saltado alguna partícula de hierro, o sea porque se le ha implantado un dispositivo de forma quirúrgica”. Igualmente está contraindicada en pacientes que lleven audífonos o implantes cocleares.
En cuanto a los pacientes que tienen marcapasos o desfibriladores, es necesario comprobar la marca y modelo y su compatibilidad con la resonancia cardiaca. En la actualidad, “muchos dispositivos se fabrican de manera que sean compatibles con la resonancia cardiaca, aunque se debe comprobar y hacer una serie de modificaciones en el dispositivo antes de la resonancia”, señala la doctora Simona Espejo.