La técnica empezó a ejecutarse con éxito en Francia a finales de los 90, y en 2010 ya se realizaban en España más de 1.300 ablaciones de fibrilación auricular. Hoy es un procedimiento muy demandado y con una alta tasa de éxito al que se acude para corregir una alteración en el ritmo cardiaco. Concretamente, la ablación cardiaca con catéter es la principal alternativa o complemento a los fármacos antiarrítmicos en pacientes seleccionados con fibrilación auricular. Pero, ¿en qué consiste esta técnica y por qué ha supuesto una revolución en el tratamiento de la arritmia?
Como se explica en este artículo publicado en Revista Española de Cardiología, la prevención de la fibrilación auricular y sus consecuencias se basa en los mismos principios que la prevención de la enfermedad cardiovascular, pero en este caso “cobran especial protagonismo dos tipos de fármacos: los anticoagulantes, cuando el riesgo de embolias se considera elevado, y los fármacos antiarrítmicos”. Sin embargo, la eficacia de este tratamiento con fármacos no es del 100%, por lo que en las últimas décadas se comenzaron a buscar nuevas alternativas terapéuticas que aumentaran el éxito, y la respuesta fue la ablación con catéter.
La técnica se emplea para aislar las venas pulmonares del resto de la aurícula izquierda, de forma que la fibrilación auricular que se produce dentro de estas venas queda recluida y no altera el normal funcionamiento del corazón.
¿Cuándo está indicada?
Como explica el Dr. Moisés Rodríguez Mañero, del Servicio de Cardiología del H.C.U. Santiago de Compostela, en este vídeo de la sección #Enelcorazóndelhospital, se realiza en aquellos pacientes que tienen una arritmia sintomática “que no somos capaces de controlar con al menos un fármaco antiarrítmico”.
¿Cómo se prepara al paciente?
Antes de la ablación se realiza una ecografía para ver qué dilatación tiene la aurícula izquierda. Además, aunque puede haber algunas excepciones, lo habitual es anticoagular al paciente durante el mes previo a la ablación de la arritmia para que, en caso de que hubiese algún trombo en la aurícula izquierda, este se pudiese disolver de forma previa a la ablación.
También es importante el control de los factores de riesgo. “En aquellos pacientes obesos es muy importante que pierdan peso antes de la ablación; al igual que quienes tienen hipertensión arterial no controlada deben controlarla, y lo mismo con el resto de factores de riesgo. Todos estos factores influyen de forma notoria para que el éxito de la ablación sea mayor”, explica el doctor Rodríguez Mañero.
¿Cómo se realiza?
Aunque hay varios tipos de procedimientos, el más extendido consiste en aislar las venas pulmonares de la aurícula izquierda, “de forma que con el catéter de radiofrecuencia se realizan dos coronas que generan silencio eléctrico a nivel de las venas -si algo se genera en las venas no pasaría a la aurícula izquierda-”, explica el cardiólogo Moisés Rodríguez Mañero. El procedimiento se puede hacer con radiofrecuencia o con un balón que lleva frío y cauteriza congelando la unión de la vena con la aurícula izquierda. Para ello se realiza una punción sobre la vena femoral, por donde se introducen los catéteres que van hasta las cavidades cardiacas.
Una vez finalizada la ablación, el paciente debe permanecer en reposo en cama durante un mínimo de 4 horas, tras lo cual, en ausencia de complicaciones, se procede al alta hospitalaria.
¿Por qué se realiza?
El motivo fundamental es que la zona de la unión entre las venas primarias y la aurícula izquierda es un tejido de transición “diferente al resto de la aurícula izquierda y donde se pueden generar latidos ectópicos, que se salen fuera del ritmo normal. Esos latidos ectópicos son los que podrían promover la pérdida del ritmo organizado de la aurícula izquierda”, indica el doctor Rodríguez Mañero. A través de la ablación lo que se pretende es que lo que ocurra en esa unión entre la vena y la aurícula izquierda no pase al resto de la aurícula, “de tal forma que producimos un cortafuegos y aislamos la aurícula de todas las señales que se puedan generar en esa zona de transición tan heterogénea”.