Comentarios en redes sociales, testimonios de pacientes y una encuesta on line entre 400 personas con COVID persistente (Long COVID) detectó que un 36% de los pacientes que sufren síntomas debidos a esta frecuente complicación tardía de la COVID-19 observan, tras la vacunación, una notable mejoría de los síntomas habituales de este no bien tipificado síndrome: fatiga, dolores musculares, palpitaciones, cefalea, desorientación témporo-espacial, dificultad para elaborar pensamientos, pérdida de memoria, trastornos visuales, dificultad para la expresión verbal, pérdida crónica del gusto y el olfato... y así, hasta un total de 66 síntomas persistentes.
La sintomatología que presentan estos pacientes “curados” de la COVID 19, puesto de manifiesto por un PCR negativo, persisten 6 o más meses después del fin de la enfermedad. Sus causas son desconocidas aunque guardan una evidente conexión con la infección por el coronavirus-2.
Los expertos sugieren que la inmunización post-vacunal podría en algunos casos "resetear" la respuesta autoinmune o eliminar por completo los remanentes del virus.
El seguimiento de estos pacientes se está haciendo a través de un estudio liderado por el National Institutes of Health (NIH) de EEUU. El Dr. Francis Collins, director de NIH, afirmó: “Nunca nos habíamos enfrentado a una afección post-infecciosa de esta magnitud y es tal la prevalencia y la intensidad de los síntomas que no hay tiempo que perder.”