Tomarse en serio la primera comida del día es importante para la salud cardiovascular. Según un reciente estudio, desayunar menos del 5% de las calorías diarias recomendadas, lo que corresponde a menos de 100 en una dieta de 2.000 calorías por día, duplica el riesgo de padecer lesiones ateroscleróticas en las arterias, independientemente de la presencia de factores de riesgo tradicionales para la enfermedad cardiovascular.
Es la principal conclusión a la que llega un reciente estudio español, publicado el pasado mes de octubre en The Journal of American College of Cardiology (JACC), que se ha realizado utilizando como muestra a más de 4.000 individuos de edad intermedia. La población estudiada se dividió en tres grupos con características diferenciadas en relación a sus hábitos en el desayuno. El 27% de los participantes tomaba un desayuno con alto valor energético (más del 20% de las calorías diarias); el 70% de los participantes tomaba un desayuno de bajo valor energético (entre 5 y 20% de las calorías diarias); y el 3% de los participantes desayunaba muy poco o nada (menos del 5% de las calorías diarias) y apenas invertía cinco minutos en su desayuno, bebiendo sólo café o zumo de naranja, o incluso omitía el desayuno.
Según los investigadores, este último grupo que desayuna muy poco o nada se caracteriza por seguir una dieta menos saludable y tener mayor prevalencia de factores de riesgo cardiovascular. Otro dato importante obtenido en este estudio es que se observó mayor presencia de placas ateroscleróticas (hasta 1,5 veces más) y una afectación en varias regiones hasta 2,5 veces mayor en el grupo que se saltaba el desayuno comparado con el que ingería uno más energético, independientemente de la presencia de factores de riesgo cardiovascular y hábitos de vida poco saludables.
Los resultados no solo confirman el importante papel del desayuno sobre la salud cardiovascular sino que sugieren que saltarse el desayuno podría servir como marcador de hábitos alimenticios y de un estilo de vida poco saludable. Los autores del estudio concluyen que un desayuno con alto contenido energético parece más eficaz para evitar placas de grasa y lesiones ateroscleróticas en sus inicios que otro tipo de desayunos, y la razón parece estar en que la ingesta energética de la mañana afecta al reloj biológico del hipotálamo, porque vemos que quienes no desayunan acaban comiendo más y peor el resto del día, como si saltarse esa ingesta provocara un cierto "caos biológico".
La falta de desayuno es un factor de riesgo para la conducta que sigue a lo largo del día porque igualmente se ha observado que aquellos que no desayunan, además de que comen más erráticamente durante el resto del día, son el grupo que más tiende a fumar, a consumir alcohol y a hacer poco ejercicio físico, de modo que quizá haya que comenzar a pensar que saltarse el desayuno es un marcador de hábitos alimentarios y de estilo de vida poco saludables.
Este artículo está basado en los resultados del estudio Progression and Early Detection of Atherosclerosis (PESA), realizado por el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC), con la colaboración del Banco Santander, liderado por Valentín Fuster, que se ha publicado en octubre de 2017 en The Journal of American College of Cardiology (JACC).
"The Importance of Breakfast in Atherosclerosis Disease: Insights From the PESA StudyOriginal Research Article"*
*Irina Uzhova, Valentín Fuster, Antonio Fernández-Ortiz, José M. Ordovás, Javier Sanz, Leticia Fernández-Friera, Beatriz López-Melgar, José M. Mendiguren, Borja Ibáñez, Héctor Bueno, José L. Peñalvo. Pages 1833-1842. Volume 70, Issue 15 Journal of the American College of Cardiology.
Artículo elaborado por la doctora Petra Sanz, cardióloga en el Hospital Rey Juan Carlos de Madrid y miembro del Consejo de Expertos de la FEC.