Dicen que a Leonardo Da Vinci le obsesionaba de tal forma la perfección del cuerpo humano que acabó completando más de 30 disecciones humanas a lo largo de su vida. Describía la anatomía de los seres humanos como “asombrosa”, pero lo que parecía realmente excepcional era el funcionamiento del corazón. Por eso analizó el movimiento de la sangre y estudió en varios experimentos las características hidráulicas del flujo sanguíneo a través del corazón y sus válvulas.
Su avanzada mente no se equivocaba: el corazón es una máquina casi perfecta. Como explica el Dr. José Luis Palma Gámiz, vicepresidente de la Fundación Española del Corazón, en el número 134 de la revista Ciencia Cardiovascular, “el corazón actúa como una potente bomba capaz de enviar sangre hasta el último rincón del organismo. Ello se consigue merced a complicados mecanismos hidráulicos, eléctricos, bioquímicos y metabólicos que trabajan conjuntamente y en perfecta coordinación”.
Pero además, se podría decir que el corazón es un motor perfecto por la cantidad de actividad que ejerce día y noche, de forma incansable. Como señala el Dr. Palma Gámiz, un corazón en reposo se contrae entre 50 y 70 veces por minuto, lo que supone unas 100.000 contracciones diarias. Todas esas contracciones se traducen en un bombeo de unos 5 litros de sangre por minuto. Y su potencia de contracción es tal que si fuese concentrada en un único vector de fuerza, esa energía que el corazón desarrolla en un día sería suficiente para elevar a una altura de 100 metros un peso de 100 kilos. Por eso el corazón recibe el apodo del atleta infatigable.
El corazón, en números
- El corazón está constituido por cuatro cámaras huecas: dos aurículas y dos ventrículos. Estas cámaras se separan unas de otras a través de tabiques y válvulas.
- Tenemos cuatro válvulas: mitral, tricúspide, aórtica y pulmonar. La primera permite el paso de la sangre desde la aurícula izquierda al ventrículo correspondiente impidiendo su reflujo; la segunda realiza la misma función pero entre la aurícula y el ventrículo derecho; la tercera se encarga de regular el paso de la sangre desde el ventrículo izquierdo a la aorta; la cuarta hace lo mismo pero entre el ventrículo derecho y la arteria pulmonar.
- Tenemos ocho vasos sanguíneos que entran y salen del corazón. Se trata de las dos venas cavas, las cuatro pulmonares y dos grandes arterias: la aorta y la arteria pulmonar. Su función es transportar la sangre.
- El corazón tiene tres capas: el endocardio, que es la más interna, el miocardio y el pericardio, constituida por dos hojas.
Para recibir en casa la revista de divulgación científica de la FEC, Ciencia Cardiovascular, puedes suscribirte en este enlace.