Hace años que comenzó a popularizarse, y hoy ya más del 10% de la población española se calza unas deportivas para correr periódicamente cada semana. En concreto, entre 1996 y 2020, el porcentaje de personas en España que practicaron la carrera pasó de un 8,2% a un 11,3%. Y esa afición por correr suele incluir largos recorridos, porque según un estudio del Grupo NN, al que pertenece la entidad financiera Nationale-Nederlanden, el 32% de los runners en España supera los 50 kilómetros mensuales.
Pero, ¿es necesario correr largas distancias para que veamos los beneficios en nuestra salud cardiovascular? Según se expone en el artículo del cardiólogo Fernando de la Guía Galipienso, publicado en el blog de la Sociedad Española Cardiología, la respuesta es que correr es siempre mejor que no hacerlo en términos de beneficios para la salud cardiovascular. Sin embargo, no se ha demostrado que dosis más altas de carreras estén asociadas con mayores beneficios.
Como explica el doctor de la Guía Galipienso, según un metaanálisis que incluyó 14 estudios, la participación en carreras se asoció con una disminución del 27%, el 30% y el 23% del riesgo de muerte por todas las causas, muerte cardiovascular y muerte por cáncer, respectivamente, comparado con la no participación en carreras (“no correr”). “Incluso las más pequeñas dosis de carreras que se examinaron en los estudios disponibles (≤ 1 carrera a la semana, < 50 minutos a la semana, < 6 mph o < 9,7 km/h y < 500 MET-min/semana) conferían importantes beneficios de reducción de mortalidad por todas las causas”, señala el autor del artículo. Sin embargo, no se evidenció que los beneficios sobre la mortalidad aumentaran con una mayor cantidad de carreras, “es decir, “correr es mejor que no correr, pero correr más, no es necesariamente mejor””, afirma el doctor Fernando de la Guía Galipienso.
La buena noticia es que no hace falta ser un corredor muy experimentado o competitivo para obtener beneficios en la salud. Como se explica en el citado artículo, más del 80% de los corredores corren a un ritmo superior a 9,6 km/h (unos 10 km en poco más de 1 hora), lo que se asocia a un coste energético de > 9,8 METs. “Esto supondría que muchos corredores podrían lograr beneficios de mortalidad con < 50 minutos a la semana, es decir, en 25 minutos menos que la cantidad mínima recomendada de actividad de intensidad intensiva o vigorosa, lo cual es muy alentador para todos aquellos que tenemos problemas para encontrar tiempo para hacer ejercicio”, señala el autor.
Beneficios del ‘running’
¿Por qué la práctica regular de este deporte es una forma eficaz de cuidar la salud cardiovascular? Hay varias razones. Una de ellas es que el corazón responde al esfuerzo que implica correr aumentando la cantidad de sangre que circula por el organismo. Como se explica en este artículo de nuestro blog, para mejorar su respuesta, el corazón se adapta aumentando su tamaño: las cavidades cardiacas se dilatan y aumenta ligeramente el grosor de las paredes musculares de los ventrículos (miocardio). También mejora la capacidad de este órgano para llenarse de sangre, succionando la que le llega a través del sistema venoso periférico (venas cavas, superior e inferior) que drenan en la aurícula derecha y desde el pulmón a través de las cuatro venas pulmonares que drenan en la aurícula izquierda. El resultado es que, con estas adaptaciones, será capaz de bombear más sangre en cada latido.
Además, al igual que con la práctica de cualquier otra actividad aeróbica, al correr periódicamente ayudamos a mantener alejados los principales factores de riesgo cardiovascular: la obesidad, la hipertensión, la diabetes y los niveles altos de colesterol pueden mantenerse a raya más fácilmente.