Cuando los pacientes se implican en su recuperación, los resultados son mucho más positivos. Es la conclusión que llevó a crear la Escuela de Paciente Experto para mejorar la evolución del paciente cardiovascular. Pero incluso antes de que la enfermedad cardiaca aparezca podemos actuar. La clave, según explica la doctora Raquel Campuzano, presidenta de la Asociación de Riesgo Cardiovascular y Rehabilitación Cardiaca de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), es conocer los factores de riesgo que multiplican las posibilidades de padecer una enfermedad cardiovascular y mantenerlos controlados. Y para lograrlo, hay determinadas preguntas que deberíamos hacer a nuestro médico. Estas son algunas de ellas.
¿Qué es la prediabetes?
Como señaló en el encuentro online ‘Y tú, ¿de qué hablas con tu médico’, la doctora Campuzano afirmó que uno de los principales factores de riesgo que debemos prevenir o, en caso de que ya lo padezcamos, controlar, es la diabetes. Cuando en al menos dos analíticas la hemoglobina glicosilada está por encima del 6,5%, la glucosa en ayunas supera los 126 mg/dl o a las dos horas de una sobrecarga oral de glucosa esta está por encima de 200 mg/dl, el médico determinará que somos diabéticos.
Pero la diabetes tipo 2 no se desarrolla de un día para otro. “Antes pasamos por la prediabetes, y si actuamos entonces con buenos hábitos de vida retrasaremos la aparición de la diabetes. Somos prediabéticos cuando nuestra glucemia en ayunas está entre 100 y 126 o si con una sobrecarga oral de glucosa – la conocida como prueba de azúcar- está entre 140 y 199”, decía en el encuentro online la doctora Campuzano recordando que uno de cada dos enfermos cardiovasculares son diabéticos.
¿Cómo nos afecta la obesidad?
Entre un 50 y un 80% de los diabéticos tienen obesidad, y la razón es que, al acumular grasa que se reparte alrededor de los órganos, esta hace que disminuya la secreción de insulina en el hígado y que los tejidos sean más resistentes a ella. “Por eso, si se es prediabético, hay que perder peso. Es fundamental”, afirma la doctora Campuzano.
De hecho, la obesidad hace que alrededor del corazón se acumule también grasa, lo que puede provocar desde enfermedad coronaria hasta arritmias. Es la llamada esteatosis cardiaca.
¿Cómo debo perder peso?
Se calcula que, a partir de los 40 años, cada año ganaremos un kilo si no hacemos nada para evitarlo. Una forma eficaz de controlar el peso es seguir la dieta mediterránea, que se fundamenta sobre todo en verduras, hortalizas, legumbres, cereales integrales, aceite de oliva virgen extra, consumo frecuente de carnes blancas y pescados y esporádico de carnes rojas. “Lo que prácticamente no debemos consumir nunca, menos aún si somos diabéticos, son los dulces, bollerías, grasas untables y snacks salados”, recuerda la presidenta de la Asociación de Riesgo Cardiovascular y Rehabilitación Cardiaca de la SEC.
Pero si lo que se busca es perder peso, no solo mantenerlo, hay que tomar otras medidas. Entre ellas, que la dieta mediterránea sea hipocalórica, lo que significa tomar entre 300 y 500 calorías menos de lo normal. “Podemos conseguirlo usando, en vez de plato hondo, un plato pequeño, incluso de postre, para servirnos la comida. Y no comiendo más de un día a la semana carne roja, además de evitando los postres dulces y eligiendo en su lugar fruta. También es importante comer sin ver la televisión -al comer viendo la televisión ingerimos unas 200 calorías más como mínimo-, no picar entre horas aperitivos grasos, tomar lácteos desnatados y no comer más de una ración de pan al día. Los endocrinos recomiendan una pérdida de un kilo al mes más o menos. Cuando uno ha perdido dos o tres kilos, ya ha podido perder hasta un 20% de esa grasa que está rodeando a los órganos”, explicaba la doctora Raquel Campuzano añadiendo que también es necesario hacer entre 60 y 90 minutos de ejercicio diario -si hacemos una hora de ejercicio al día nos mantenemos en el peso, pero para perder peso necesitamos hacer más de una hora al día-.
¿Qué tipo de ejercicio es conveniente hacer?
Además de los 150 minutos de ejercicio intenso a la semana que recomienda como mínimo la OMS, es conveniente mantenerse activos durante todo el día. “Todo suma actividad: bajarse una parada antes del autobús, aparcar más lejos del centro comercial, subir por las escaleras…”, señala la doctora Campuzano, que recomienda no estar más de 30 minutos parado, levantándose cada media hora.
En cuanto al tipo de ejercicio, debemos combinar tres modalidades: aeróbico -bici, caminar, baile…-, de fuerza -ordenar la despensa, coger una botella de agua de medio litro y hacer ejercicios con ella mientras se ve la tele- y ejercicios de flexibilidad -pilates, tai chi-, que favorecen que se tengan menos caídas y se pierda menos masa muscular y ósea. En cuanto al orden, lo ideal es primero el ejercicio de fuerza y luego el aeróbico, que regula las hipoglucemias, además de un calentamiento y un enfriamiento de 10 minutos.
La diabetes, ¿puede desencadenar un problema cardiovascular?
Si no se controla bien una diabetes, podemos tener problemas cardiovasculares. De hecho, la diabetes puede definirse como una enfermedad cardiovascular que tiene un origen metabólico. Sin embargo, con un buen control se tiene el mismo riesgo cardiovascular que una persona sin diabetes. Fue una de las conclusiones del estudio Risk factors, mortality and cardiovascular outcomes in patients with Type 2 Diabetes, publicado en New England Journal of Medicine, que comprobó que al mantener a raya todos los factores de riesgo en un paciente con diabetes – la propia diabetes, la hipertensión, los niveles altos de colesterol, el tabaco…-, tras seis años su riesgo cardiovascular era exactamente igual que el de la población general. “Sirve de poco hacer una dieta saludable si fumo o si no hago ejercicio. Deben ir todos de la mano”, afirma la cardióloga Raquel Campuzano.