Dicen las Guías de práctica clínica de la Sociedad Española de Cardiología en miocardiopatías y miocarditis que las miocardiopatías son un conjunto muy heterogéneo de procesos que sólo tienen en común que afectan al músculo cardíaco y que causan distintas disfunciones en él. Para poder tratar ese gran conjunto de enfermedades del miocardio que causan una mala función del mismo, la OMS propone dividirlas en miocardiopatía dilatada, hipertrófica, restrictiva y arritmogénica, además de las llamadas miocardiopatías específicas, que incluyen la miocardiopatía isquémica, valvular, hipertensiva y todo un conjunto de formas secundarias a una variedad de agentes y causas, entre las que se encuentra la miocarditis.
Estas son las causas, síntomas y tratamientos de cada una de ellas:
- Miocardiopatía dilatada. Puede ser hereditaria, causada por una mutación en uno o más genes, y provoca el aumento del tamaño de los ventrículos y dificultad para que el corazón bombee sangre de forma normal. Los síntomas son los mismos que los de una insuficiencia cardiaca - dificultad para respirar, hinchazón en tobillos y abdomen, y cansancio-. El tratamiento con medicamentos ayuda a controlar los síntomas y reduce el riesgo de que empeore, aunque algunas personas pueden necesitar la implantación de un marcapasos o un DAI (desfibrilador automático implantable).
- Miocardiopatía hipertrófica. Se calcula que una de cada 500 personas la padecen, por lo que es la más frecuente de las miocardiopatías. Su característica principal es la presencia de un engrosamiento anormal del músculo cardiaco. Ese músculo puede engrosarse por la hipertensión arterial o por un entrenamiento físico prolongado, pero en la miocardiopatía hipertrófica el engrosamiento muscular es más intenso y surge sin que se den las causas citadas. En la mayoría de los casos, la enfermedad es heredada y se suele presentar ya en la adolescencia. Respecto a sus síntomas, muchos pacientes no los tienen. Sin embargo, entre quienes sí los padecen suelen experimentar falta de aire, dolor en el pecho, palpitaciones, mareo e incluso pérdida de conciencia. En cuanto al tratamiento, hay quienes no lo necesitan mientras que otros pacientes requieren fármacos y determinados casos necesitarán la implantación de marcapasos, ablación septal con alcohol o cirugía cardiaca (miectomía).
- Miocardipatía restrictiva. Las causas pueden ser desconocidas o derivadas de enfermedades que invaden el miocardio, como la amiloidosis, la hemocromatosis o la sarcoidosis. El resultado es que se altera la función diastólica, es decir, la relajación del corazón, aunque la contracción es normal. Los síntomas son los mismos de la insuficiencia cardiaca, y el tratamiento también es similar, aunque si está producida por depósito de sustancias, se añade al tratamiento de la insuficiencia cardiaca el específico para combatir ese depósito de sustancias.
- Miocardiopatía arritmogénica. Antes conocida como displasia arritmogénica de ventrículo derecho, es una enfermedad del músculo cardíaco de origen genético. Por eso, al detectarse un caso en una familia es importante estudiar a todos los familiares de primer grado para descartar en ellos la enfermedad. Entre sus síntomas se encuentran palpitaciones, mareos, pérdidas de conocimiento y dificultad para respirar, aunque hay personas que no tienen ninguno de ellos.
Existen algunos tratamientos que ayudan a reducir el riesgo de desarrollar síntomas, aliviarlos y prevenir complicaciones. También hay personas que pueden necesitar la implantación de un DAI (desfibrilador automático implantable).