El 80% de las personas que tienen diabetes tipo 2 cuentan también con algún otro factor de riesgo asociado como hipertensión, alteración de los lípidos, sobrepeso u obesidad. Y si además son fumadores, el riesgo cardiovascular se multiplica. Son palabras del cardiólogo Domingo Marzal, coordinador del Grupo de Trabajo Diabetes y Obesidad de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), en el directo ‘Razones y claves de un manejo integral y precoz en diabetes’, donde explicó por qué prevenir y controlar la diabetes es una premisa fundamental para combatir la enfermedad cardiovascular.
En el encuentro, realizado por la Fundación Española del Corazón con la colaboración de Novo Nordisk, el doctor Marzal explicó que hay dos tipos de diabetes: la tipo 1, relacionada con el funcionamiento del páncreas, “que, por una serie de circunstancias, no es capaz de fabricar la insulina necesaria para controlar todo el metabolismo en relación con los hidratos de carbono, por lo que quienes la padecen necesitan insulina para poder vivir, aunque pueden hacer una vida completamente normal”; y la tipo 2, que es mayoritaria y tiene que ver fundamentalmente con el estilo de vida. En este caso, un problema de resistencia a la insulina provoca una serie de alteraciones que afectan a determinados órganos y a la circulación, “pero corrigiendo nuestro estilo de vida se puede controlar de forma parcial o incluso en su totalidad en muchos casos”, señaló.
Por su parte, la cardióloga Almudena Castro, también coordinadora del Grupo de Trabajo Diabetes y Obesidad de la SEC, explicó que lo que subyace en la diabetes es un proceso de inflamación crónica, y aunque el paciente con diabetes tipo 2 sea capaz de fabricar la insulina, es como si no lo hiciera porque no entra en las células, “y al final produce toda esa cascada metabólica y de alteraciones hormonales e inflamatorias”, indicó. “La inflamación es sutil, son hormonas y marcadores biológicos de nuestro cuerpo que notan que hay un proceso de inflamación interno, pero la persona no lo percibe”, advirtió el doctor Marzal. Sin embargo, sí tiene efectos en nuestro organismo porque conlleva “que la plaqueta tenga más posibilidades de formar trombos que en una persona sin diabetes, el colesterol haga más daño, y esa persona con diabetes tipo 2 tenga más riesgo vascular”, añadió la doctora Almudena Castro.
Cómo prevenirla
Seguir la dieta mediterránea y hacer ejercicio físico de forma frecuente – actividades físicas aeróbicas moderadas durante al menos 150 minutos a la semana, o actividades físicas aeróbicas intensas durante al menos 75 minutos semanales- son las mejores herramientas con las que contamos para prevenir la diabetes tipo 2. Y es importante no esperar a ser diagnosticado con diabetes para llevar un estilo de vida saludable porque, cuando llega el diagnóstico, normalmente esa persona ya lleva al menos una década con algún tipo de alteración en el metabolismo de los azúcares, recordó Domingo Marzal.
Cómo controlarla
Si ya padecemos diabetes tipo 2, un estilo de vida saludable es igual de importante. De hecho, como advirtió la doctora Castro, los pacientes con diabetes no deberían fijarse únicamente en el control del azúcar, ya que “el control de los niveles de colesterol es igual de importante y mejora el pronóstico si lo llegamos a controlar”, al igual que no fumar y evitar el sedentarismo, ya que la actividad física que hagamos es clave. “La glucosa nos habla de lo que está pasando, pero no hay que empeñarse solo en bajar esa cifra de glucemia, que hay que reducirla, sino también en bajar esa inflamación crónica, para lo que es necesario hacer ejercicio, tener el colesterol en objetivos, tener la tensión controlada, no fumar… Todas esas medidas son igual de importantes y tienen tanto impacto como tener el azúcar controlado”, afirmó la coordinadora del Grupo de Trabajo Diabetes y Obesidad de la SEC.
En cuanto a cómo se diagnostica, el doctor Marzal señaló que uno de los criterios que se utilizan es que en una analítica de sangre, la hemoglobina glicosilada sea igual o superior al 6,5%. Otro criterio es que la glucosa en sangre en ayunas sea igual o superior a 126 mg/dl, aunque en este caso hay que repetir la analítica para confirmarlo. Un tercer criterio es tener una glucemia en sangre igual o superior a 200 mg/dl pasadas dos horas de haber hecho una sobrecarga oral de glucosa. Por último, otro criterio utilizado es tener una glucemia igual o superior a 200 mg/dl en cualquier momento del día y al mismo tiempo que haya asociados síntomas sugestivos de diabetes, como tener constantemente sed, necesidad de orinar o que haya una pérdida de significativa de peso sin que ingiramos menos calorías que habitualmente.
Esas cifras también pueden darse en la diabetes gestacional, que es un proceso transitorio que se da durante el embarazo y normalmente se controla después de dar a luz, “pero implica no solo mayor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 en el futuro sino también mayor riesgo de otras alteraciones cardiovasculares como ictus o infarto. Por eso la diabetes gestacional también es un marcador de que esa mujer tiene que cuidarse más para prevenir eventos cardiovasculares”, recordó la doctora Almudena Castro.
Entre las consecuencias de la diabetes, una de las principales es que afecta a los vasos sanguíneos, lo que incrementa el riego de ictus y de infarto de miocardio, al igual que puede provocar infartos en otros órganos, recordó Domingo Marzal añadiendo que también puede afectar al riñón, a vasos pequeños que pueden provocar úlceras o afectar los vasos de la retina y provocar ceguera.
Fármacos
Además de llevar un estilo de vida saludable, pueden ser necesarios fármacos. Como explicó el coordinador del Grupo de Trabajo Diabetes y Obesidad de la SEC, hay dos grandes grupos: los iSGLT2 y los análogos GLP-1, que protegen al corazón, al riñón, a las arterias y reducen el riesgo de morir por una complicación cardiovascular. Otro beneficio es que también ayudan a adelgazar, “y al quitar esa grasa visceral disminuyen la inflamación, las hormonas que segregan de forma inadecuada y el daño vascular. Son fármacos que van más allá del control del azúcar”, añadió la doctora Castro. “Esto, junto que es importante cuidar el resto de factores de riesgo, se traduce en que hay mucho futuro en los pacientes de diabetes”, concluyó el doctor Marzal.