No es una entrada para educar en reanimación cardiopulmonar sino para mostrar en qué consiste y cuál es su importancia en el contexto del deporte y la actividad física.
No es una entrada para educar en reanimación cardiopulmonar sino para mostrar en qué consiste y cuál es su importancia en el contexto del deporte y la actividad física.
La cadena de supervivencia es el conjunto de acciones -sucesivas y coordinadas- que permite resucitar a las víctimas de una parada cardiaca (nos referiremos en todo momento a la cadena de supervivencia de los adultos por el contexto del blog).
Como cadena, está constituida por una serie de eslabones (acciones) que son fundamentales para que sea eficaz. No puede haber un eslabón débil. Todos se tienen que ejecutar con escrupulosa precisión para mejorar el pronóstico de la víctima.
Los eslabones serían los siguientes:
1) Llamar: esto requiere reconocer inmediatamente la parada cardiaca y llamar al 112 para activar el servicio médico de emergencia que realizará la desfibrilación y la resucitación avanzada. Esta medida es la que permite demorar lo mínimo posible la desfibrilación si no estuviera disponible.
2) Reanimar: reanimación cardiopulmonar (RCP) precoz dando prioridad a las compresiones torácicas de calidad. Un masaje cardiaco de calidad asegura un aporte de sangre y oxígeno al corazón y al cerebro hasta que se restablezca el ritmo del corazón. Resta explicar el efecto beneficioso de la RCP en las posibilidades de recuperar el ritmo cardiaco y de preservar la función neurológica.
3) Desfibrilar: en el adulto, la mayoría de las paradas cardiorrespiratorias tienen un origen cardiológico y el ritmo cardiaco más común es la fibrilación ventricular. La única forma de transformar este ritmo potencialmente letal en un ritmo normal es a través de la desfibrilación precoz (aplicar rápidamente el desfibrilador externo automático o DEA). Cada segundo de demora en la desfibrilación es de vital importancia en la posibilidad de recuperar el ritmo y preservar la función neurológica.
4) Tratar: medidas de reanimación avanzadas para estabilizar al paciente y trasladarlo a una unidad de cuidados intensivos.
5) Monitorizar: cuidados hospitalarios integrados tras la parada cardíaca hasta la recuperación completa del paciente.
A pesar de poner todos los medios para que no suceda (valoración cardiovascular preparticipativa, cuidar las recomendaciones para una actividad física segura), la parada cardiaca puede suceder en cualquier momento y a cualquier persona. Por eso los expertos no se cansan de repetir que es vital garantizar la presencia de desfibriladores y la educación de la sociedad para garantizar los 3 primeros eslabones a las víctimas de una parada.
En el caso del deporte esto adquiere especial importancia porque:
- El ejercicio intenso podría desencadenar una parada cardiaca.
- Las instalaciones y los clubes deportivos reúnen en un mismo punto a muchos posibles candidatos a una parada cardiaca.
- Los jóvenes deportistas y el personal al cargo de las instalaciones son una población favorable para el aprendizaje y proactiva aplicando las medidas de resucitación.
Todo centro deportivo o club debería de tener un plan de actuación urgente, idealmente escrito, que garantice a las víctimas de la parada cardiaca la mejor atención.
Los componentes del plan de actuación urgente son:
- La anticipación y el reconocimiento inmediato de la parada.
- Contacto inmediato con el servicio médico de emergencias.
- RCP básica de calidad.
- Ubicación y señalización de DEAs.
- Comprobación y mantenimiento de los DEAs.
- Formación del personal que atiende las instalaciones.