El electrocardiograma es una prueba diagnóstica fundamental en cardiología, muy antigua y de bajo coste, que trata de registrar la actividad eléctrica del corazón. La información que nos aporta es muy importante, desde el ritmo de nuestro corazón y la frecuencia cardiaca hasta la estimación del tamaño de nuestras aurículas y ventrículos, entre otros datos.
El electrocardiograma es una prueba diagnóstica fundamental en cardiología, muy antigua y de bajo coste, que trata de registrar la actividad eléctrica del corazón. La información que nos aporta es muy importante, desde el ritmo de nuestro corazón y la frecuencia cardiaca hasta la estimación del tamaño de nuestras aurículas y ventrículos, entre otros datos.
No es poco habitual que una persona que realice deporte vaya a la consulta y le informen que tiene ciertas peculiaridades en su electrocardiograma. Es cierto que aunque sea frecuente encontrar dichas alteraciones la interpretación final será dada por un especialista médico que determinará, según su juicio, si se deben hacer estudios adicionales.
¿A quién se lo hacemos y cada cuánto?
Lo ideal sería realizarlo a toda aquella persona que realice ejercicio físico de manera regular, sea a nivel competitivo o no. A día de hoy es algo que, en la mayoría de los deportes, debe partir desde la iniciativa de uno mismo, puesto que en pocos casos lo solicitan de manera obligatoria por parte de las federaciones.
Es muy difícil generalizar una periodicidad exacta, puesto que debe individualizarse según las características de cada deportista. Lo que sí que sabemos es que puede ir modificándose a lo largo de los años, por lo que sería conveniente repetirlo con el paso del tiempo (recomendamos aproximadamente cada 2-5 años en situaciones normales).
Razones por las que un deportista debería hacerse un electrocardiograma:
- La primera razón y fundamental en nuestra lista es por su salud. Un simple electrocardiograma realizado en reposo puede ponernos en sobreaviso de algún tipo de problema cardiológico subyacente que ha pasado desapercibido.
- Para poder comparar ante una situación aguda. Como ya hemos comentado anteriormente, el electrocardiograma del deportista suele ser distinto respecto al de una persona sedentaria. En condiciones normales esto no suele suponer ningún problema, pero en el momento de presentar alguna clínica, como dolor en el pecho, puede crear al médico que lo estudie dudas sobre el diagnóstico ya que en ocasiones pueden simular ciertos problemas mayores, incluso el de un infarto. En estos casos es especialmente importante disponer de un electrocardiograma previo para poder comparar si se ha producido algún tipo de modificación en el mismo. Este consejo puede evitarte que te dejen ingresado en el hospital o en observación, por lo que te recomendamos, sobre todo en caso de que viajes a otros países, que te hagas una foto y la dejes en el móvil para tenerlo siempre disponible.
- Control evolutivo en deporte. Estos cambios que se producen en el electrocardiograma del deportista no aparecen de la noche a la mañana, por lo que, en parte, si vemos la evolución con el tiempo del electrocardiograma podremos saber si el deportista está presentando una buena adaptación al ejercicio físico.
Limitaciones del electrocardiograma:
Como siempre no es “oro todo lo que reluce”. Un electrocardiograma puede darnos pistas para el diagnóstico de determinadas cardiopatías, pero ciertos hallazgos pueden pasar completamente desapercibidos, es decir, puedes tener un problema en el corazón y tu electrocardiograma ser rigurosamente normal. Un ejemplo de ello sería la patología de la aorta o ciertos problemas en las válvulas o en las arterias que llevan sangre al corazón. Por estos motivos es posible que tu médico te anime a completar el estudio con un ecocardiograma y/o una prueba de esfuerzo (entre otras).
En otras ocasiones puede provocar lo que llamamos un “falso positivo”, que significa que en tu electrocardiograma aparentemente presentas un problema que luego se acaba descartando. Esto supone al deportista un estrés adicional por la incertidumbre sobre si presenta algún tipo de patología en el corazón e incluso, en algunas ocasiones, un retraso en la aptitud deportiva. Por supuesto esto también conlleva que se realicen otros tipos de test diagnósticos para intentar salir de dudas y diagnosticar correctamente al deportista.
CONCLUSIONES:
A pesar de no conseguir diagnosticar el 100% de los problemas cardiológicos, el electrocardiograma en el deportista ha demostrado ser una herramienta eficaz para diagnosticar ciertos problemas en el corazón. Por ello, nuestro consejo es que si tienes oportunidad, y practicas ejercicio con cierta regularidad, te plantees realizarte uno con un médico que sea experto en su valoración.