¿Influye lo que comemos en nuestra salud cardiovascular? La respuesta de la comunidad científica es un rotundo sí. Para ilustrarlo basta con echar un vistazo al mapa europeo: aunque la enfermedad cardiovascular es la primera causa de muerte en España, la prevalencia en países mediterráneos como el nuestro es menor que la de países nórdicos o Europa del Este.
De gran parte de esa realidad es culpable nuestra cocina. Según explicó el doctor Carlos Macaya, presidente de la Fundación Española del Corazón, en la charla "La salud cardiovascular y la cocina", esa menor prevalencia de la enfermedad se debe a nuesto estilo de vida, en el que es clave la dieta mediterránea. Los resultados hallados en el estudio PREDIMED ya llamaron la atención sobre ello concluyendo que una dieta mediterránea tradicional suplementada con aceite de oliva virgen extra y frutos secos reduce en un 30% la incidencia de complicaciones cardiovasculares. Por eso, cuidando nuestra alimentación podremos protegernos frente a las enfermedades del corazón.
Prueba de ello es que hasta el 90% de los infartos podría prevenirse con un estilo de vida saludable. Los cardiólogos argumentan que entre los factores de riesgo que aumentan la posibilidad de desarrollar la enfermedad cardiovascular hay dos contra los que no podemos luchar: la edad y el sexo -la enfermedad cardiaca es más frecuente entre los hombres hasta los 60 años-. Sin embargo, sí podemos actuar sobre otros de los factores de riesgo, y estos están muy relacionados con la alimentación ya que juega un papel clave en tener sobrepeso, unos niveles de colesterol elevados, hipertensión o diabetes.
Por eso el colectivo médico insiste en que cuidar nuestra alimentación es proporcionarnos salud. Y aunque nuestra dieta es más saludable que la de otros europeos, lo cierto que es que podemos mejorarla. El doctor Macaya explicó en la charla enmarcada en Gastrofestival que según la Encuesta Nacional de Salud realizada hace cinco años, solo un 60% toma fruta a diario, mientras que las verduras tienen aún menos seguidores: ni siquiera la mitad de los encuestados la toma diariamente a pesar de que la OMS recomienda dos raciones diarias. Respecto a las legumbres, de forma diaria solo las toma un 1,48% de la población -la recomendación de los expertos es de al menos tres raciones semanales-.
¿Cómo hacer más saludables nuestros platos?
Además de incrementar el consumo de verduras y legumbres podríamos proteger nuestro corazón cocinándolas de la manera más adecuada ya que no todas las formas de cocinar nuestros platos son igual de saludables. Según explicó Roberto Cabrera, chef del restaurante Huerta de Carabaña, el pasado miércoles en la conferencia moderada por el doctor José Luis Palma, vicepresidente de la Fundación Española del Corazón, la mejor forma de mantener las propiedades de los vegetales es consumiéndolos crudos, cocinados al vapor o cocidos, seguida de la elaboración a la plancha y por último, fritos. Esta última opción es la más desaconsejable porque nutricionalmente se pierde gran parte de su valor, explicó el chef Cabrera.
Para asegurarnos de aprovechar todos los beneficios recomendó tiempos de cocción más cortos que preservan el valor nutricional, llevar a agua fría las verduras inmediatamente después de ser cocinadas para mantener el color y fijar la clorofila -"un almacén de nutrientes" en palabras de Cabrera- e intentar no volver a cocinar las verduras una vez que ya están hechas. "Casi todas las verduras y frutas están pensadas para comerse crudas; por eso, cuanto más nos acerquemos a crudo o semicrudo, mejor. Tanto a nivel nutricional como gustativo", aseguró.
No fueron los únicos consejos cardiosaludables recomendados por el chef de Huerta de Carabaña. También considera clave seguir estas recomendaciones para que salgan de nuestra cocina platos saludables:
- Consumir productos de temporada locales. Estarán más frescos y mantendrán sus propiedades en mejor estado.
- Incrementar el consumo de legumbres como plato único.
- Evitar las grasas animales al cocinar las legumbres, ya que la grasa no aporta sabor sino que es un potenciador del sabor. Si se cocina con ella, lo mejor es desgrasar (enfriar y cuando está frío, retirar la grasa). Para que el guiso tenga más sabor se puede aumentar la cantidad de verdura o añadir carnes magras.
- Si se cocinan las verduras a la plancha, lo ideal es poner el aceite al final y no en crudo sobre el vegetal para que este no lo absorba en exceso.