Sandía, ciruela, lechuga, calabacín, pepino... Las opciones de frutas, verduras y hortalizas se multiplican durante el verano, lo que aumenta las posibilidades de incluirlas en nuestra alimentación de forma más variada, algo que también beneficia a tu salud.
Los expertos recomiendan consumirlas a lo largo de todo el año, pero por su efecto refrescante e hidratante son especialmente apetecibles y beneficiosas durante la época estival. Y consumiéndolas a diario, estarás ayudando a prevenir la enfermedad cardiovascular.
Así lo concluyen los resultados de un amplio estudio observacional, que afirma que una mayor ingesta de frutas y verduras se asocia con un menor riesgo de mortalidad por cardiopatía isquémica. Los expertos apuntan distintas razones para ello. Como se explica en este artículo, una dieta rica en frutas y verduras eleva las concentraciones de potasio y magnesio, que ayudan a proteger contra los trastornos del ritmo cardíaco.
También reduce la ingesta de sodio, asociada con la hipertensión arterial. Y su alta concentración de antioxidantes contribuye a proteger frente a la enfermedad vascular isquémica. Además, el rico contenido en fibra que proporciona este tipo de alimentación favorece el tránsito intestinal y disminuye las posibilidades de desarrollar fenómenos inflamatorios.
Qué frutas y verduras comer
En cuanto al tipo de frutas y verduras más beneficiosas, la respuesta de los expertos es que en la variedad está la clave. Y en época estival hay muchas opciones de frutas y verduras de temporada, que es la mejor opción ya que están en su mejor momento para el consumo.
Los colores de las frutas y verduras proporcionan mucha información acerca de sus nutrientes y beneficios para la salud. Y es que esos distintos colores corresponden a combinaciones de diferentes nutrientes y fitoquímicos, cada uno de los cuales tiene propiedades específicas para la salud. Por eso, cuanto más variada sea nuestra cesta de la compra en lo que respecta a frutas y verduras, más completa será.
Para conservarlas en un estado óptimo, estos son los consejos de los expertos:
- Guarda las frutas en un lugar fresco y seco recién compradas. En cuanto puedas al volver de la compra, coloca la fruta en un lugar fresco, alejado de la luz, ventilado y seco. Si se trata de fresas, arándanos, frambuesas, grosellas, moras o cerezas, a las que les afecta mucho el calor, puedes guardarlas en el frigorífico. También si son frutas y verduras de climas templados, como kiwis, nectarinas o uvas, siempre que las coloques en el lugar menos frío del frigorífico.
- Las verduras, en la nevera. Las verduras de hoja verde como las lechugas, espinacas, endivias o acelgas, se conservan mejor en la nevera en verano y no sufren daños si se colocan en el lugar más templado del frigorífico, en los cajones inferiores. No es recomendable lavarlas antes de almacenarlas, al igual que tampoco las frutas, porque la humedad acelera el proceso de deterioro.
- Si ya las has cortado, también en el frigorífico. Si ya se ha cortado o pelado una fruta o un vegetal, esa pieza hay que guardarla siempre en la nevera por seguridad alimentaria, sea sensible o no al frío.