El baloncesto es un deporte cuya exigencia física depende fundamentalmente del nivel al que se practique y de la posición en la que se juegue.
El baloncesto es un deporte cuya exigencia física depende fundamentalmente del nivel al que se practique y de la posición en la que se juegue.
Al tratarse de un deporte de equipo resulta imprescindible realizar las siguientes consideraciones, tanto de la posición de los jugadores como de las reglas del mismo, de cara a conocer las recomendaciones específicas en el paciente cardiovascular:
- Como todos sabemos, en un partido oficial, se enfrentan dos equipos con cinco jugadores cada uno en pista y cada uno de ellos tiene una posición en el campo. Cada equipo tiene una plantilla de unos 12 jugadores, juegan 5, y se pueden hacer todos los cambios que se quiera durante el partido, sin límites, lo que conlleva que haya bastante rotación de jugadores y se pueda controlar en cierta medida el desgaste físico de cada jugador (aunque en el deporte de competición se asume que lo más normal es que el físico se lleve hasta el límite).
- Un partido de baloncesto oficial consta de 4 cuartos de diez minutos, que se juegan a reloj parado, es decir, el tiempo se detiene ante cualquier interrupción que se produzca en el partido. Al finalizar el segundo cuarto hay un descanso de unos diez minutos aproximadamente. El entrenador de cada equipo puede pedir un tiempo muerto de un minuto en los tres primeros cuartos y en el último dos minutos para dar instrucciones a los jugadores. Para un paciente cardiovascular supone que hay bastantes cambios de intensidad y de ritmo, sin que sea posible un buen control de la frecuencia cardiaca durante el mismo y se produzcan alteraciones considerables de la tensión arterial.
- Existen cinco posiciones claramente definidas, de las cuales tres de ellas son exteriores, es decir desarrollan el juego en zonas relativamente alejadas del aro, base (1), escolta (2) y alero (3), y dos interiores en zonas próximas al aro, ala pívot (4) y pívot (5). Es muy importante conocer la posición de juego de cara a poder dar recomendaciones específicas en el paciente cardiológico.
- Los jugadores exteriores son generalmente más bajos y rápidos que los jugadores interiores. Suelen ser buenos manejadores del balón, buenos dribladores y con un buen tiro de larga distancia. Son los encargados de subir el balón a campo contrario y organizar el juego (esto lo hace el base normalmente), correr el contraataque, hacer el balance defensivo y defender en prácticamente toda la pista.
- Los jugadores interiores son los más altos y los que tienen generalmente un mayor poderío físico, son jugadores con buenos movimientos de espaldas al aro, buen tiro de media y corta distancia, defienden en zonas cercanas al aro y pelean por el rebote tanto ofensivo como defensivo. Durante el juego suele haber mucho contacto físico en estas posiciones.
- Como en cualquier deporte un buen entrenamiento con una buena preparación física desde la pretemporada es importante para no tener lesiones, aunque algunas de ellas son inevitables porque son fruto del contacto que se genera durante el juego (importante a la hora de valorar el riesgo en pacientes anticoagulados o con antiagregación). En los jugadores exteriores es fundamental el trabajo cardiovascular porque son los que más corren y en los jugadores interiores es prioritario el trabajo orientado al potenciamiento muscular. En cualquier caso, no se debe obviar ningún aspecto de la preparación física de un jugador, se juegue en la posición que se juegue, porque el baloncesto profesional en la actualidad es tremendamente rápido y muy físico tanto en posiciones interiores como exteriores.
Por todo esto, parece bastante lógico concluir que el baloncesto a nivel competitivo suele estar contraindicado en el paciente cardiológico con un problema severo o aquel que esté inestable o bien presente síntomas. De igual manera, debe ser su médico el encargado de valorar su estado de salud y la aptitud en este deporte según su patología.
Consejos en el paciente cardiovascular:
Aunque como hemos comentado anteriormente el baloncesto es un deporte con elevada demanda cardiovascular, hay modos y modos de practicarlo, siendo beneficioso en determinados tipos de pacientes y teniendo en cuenta las siguientes recomendaciones:
- Respeta la estructura general de todo entrenamiento físico (calentamiento, ejercicio y estiramientos). Como la mayoría de los deportes debe hacerse de forma progresiva y escuchando las señales del cuerpo. Evitar llegar al agotamiento y disfrutarlo es lo importante.
- Elije un calzado que proteja adecuadamente tus tobillos.
- Es especialmente importante que las prendas deportivas sean muy transpirables, para permitir que el sudor se evapore y mantengamos una temperatura corporal adecuada, sin perder mucho líquido.
- Bebe líquidos antes, durante y después del juego, evita la deshidratación y los calambres, mejora el rendimiento y la recuperación.
- Aprovecha los descansos del partido para recuperar fuerzas.
- Recomendamos formas de juego que eviten las fases de mayor intensidad y permitan disfrutar de este deporte. Por ejemplo, en el caso de las partidas de baloncesto entre amigos (no profesionales), en las que juegan en una sola canasta, la intensidad es menor, ya que sólo se producen movimientos rápidos, pero no muy consecutivos, y no hay que desplazarse de una canasta a otra.
- Es recomendable la práctica del tiro a canasta individualmente, ya que es un ejercicio suave con capacidad de acondicionar la musculatura de hombros, brazos, espalda y piernas.
- Los partidos en toda la pista o incluso aquellos que se juegan en una sola canasta pero en modelos de 3 contra 3 jugadores, ya son suficientemente intensos, y sólo se podría permitir a pacientes con un nivel de acondicionamiento físico muy elevado (superior a 9-10 METs), y que no padezcan patologías en las que el componente isométrico del ejercicio suponga un mayor riesgo (estenosis aórtica, etc.).
Baloncesto y muerte súbita
Quizás uno de los aspectos que más relacionan el baloncesto y el sistema cardiovascular sean los tristes episodios que se han producido de muerte súbita en este deporte. Prácticamente la totalidad de muertes súbitas en el baloncesto son de causa cardiovascular. De entre todas las patologías destacan la miocardiopatía hipertrófica y, sobre todo, el Síndrome de Marfan.
El Síndrome de Marfan es una patología congénita, en la que los pacientes presentan unas características morfológicas muy peculiares: estos pacientes son altos, de extremidades largas, destacando su gran laxitud articular, que les confiere una flexibilidad muy llamativa. Y es por su elevada estatura, por lo que estos sujetos suelen ser elegidos para practicar el baloncesto. Otra característica peculiar de estos pacientes es la presencia de luxaciones del cristalino.
En el Síndrome de Marfan el tejido conectivo tiene unas peculiaridades que lo hacen ser más laxo y esta característica, además de hacer que sus articulaciones sean más elásticas, a nivel del sistema cardiovascular también les hace más susceptibles de sufrir lesiones a nivel arterial, y especialmente en aquellos puntos en donde se tienen que soportar mayores presiones. Por esta razón, la arteria con más riesgo de sufrir lesiones es la aorta, que recibe directamente toda la presión de la sangre tras la contracción del ventrículo izquierdo, y que, en los casos en que sus paredes sean menos resistentes, estará más expuesta a roturas que pudieran provocar un desenlace fatal.
Por esta razón, el examen médico de los jugadores de baloncesto es especialmente importante y debe incluir pruebas, como la radiografía de tórax o la ecocardiografía, que descarten este tipo de enfermedades o las diagnostiquen precozmente.