En 2020, último año del que se tienen datos, murieron en España 119.853 personas por causa cardiovascular, lo que supuso el 24,3% de los fallecimientos totales, la primera causa de muerte en España según la Estadística de defunciones según causa de muerte publicada por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Y de esos fallecimientos, el 53,32% correspondieron a mujeres y el 46,67%, a hombres, por lo que siguen muriendo más mujeres que hombres por enfermedad cardiovascular. En concreto, en 2020 fallecieron casi 8.000 mujeres más que varones por esta causa.
Para reducir estas cifras es clave poner en práctica estilos de vida saludable con los que prevenir la enfermedad cardiovascular. Y aunque tanto hombres como mujeres se beneficiarían de ello, la recomendación es especialmente importante para la mujer ya que los datos muestran que solo el 45% de las mujeres conocen que la principal causa de muerte en ellas son las enfermedades cardiovasculares, explica el doctor Jordi Trias de Bes Casamajó en el blog de la Sociedad Española de Cardiología (SEC).
De hecho, incluso en parte del colectivo médico sigue existiendo la percepción de que la mujer corre menos riesgo de sufrir patologías cardiovasculares que los hombres: menos de la mitad de los médicos de familia o atención primaria consideran las enfermedades cardiovasculares algo muy importante en la mujer.
De ahí que una primera medida para prevenir la enfermedad cardiovascular en la mujer sea concienciar al colectivo femenino de la importancia del autocuidado desde la niñez, vigilando factores de riesgo tradicionales como la hipertesión, la diabetes, niveles elevados de colesterol, la obesidad, el sedentarismo o fumar. Para ello, resulta esencial dejar de fumar, seguir una alimentación basada en la dieta mediterránea y limitando el consumo del azúcar y la sal, y realizar ejercicio físico de intensidad moderada durante un mínimo de 150 minutos semanales - según los datos de la Encuesta de Salud (ESFEC) 2021, las mujeres son más sedentarias que los hombres: un 22,4% de ellas lo son, mientras que en los hombres ese porcentaje baja al 16,2%.
Especial atención al embarazo y la menopausia
Además de todo lo anterior, es importante prestar atención a dos momentos de la vida de la mujer que pueden tener efectos importantes en su salud. Uno de ellos es el embarazo, ya que la preeclampsia y la hipertensión gestacional que se pueden dar durante la gestación provocan un riesgo de tres a seis veces mayor de sufrir hipertensión arterial después del embarazo y un riesgo dos veces mayor de padecer cardiopatía isquémica y accidente vascular cerebral, explica el doctor Trias de Bes Casamajó. Otra posible complicación es la diabetes gestacional que, como exponen las doctoras Almudena Castro Conde, Milagros Pedreira Pérez y Raquel Campuzano Ruiz en el documento ‘¿Cómo manejar el riesgo cardiovascular en la mujer?’, no solo aumenta el riesgo de diabetes mellitus tipo 2 a corto, medio y largo plazo, sino también de infarto de miocardio.
La otra etapa a la que se debe prestar especial atención es la menopausia. Hasta su llegada, las mujeres cuentan con la protección de los estrógenos, unas hormonas femeninas que ayudan a controlar los niveles elevados de colesterol y de glucosa o el sobrepeso. Pero al finalizar la fase fértil hay cambios en el organismo de la mujer que incrementan la probabilidad de que la enfermedad cardiaca aparezca. La doctora Antonia Sambola advierte en este artículo que el aumento de los niveles de colesterol, del peso y también de los niveles de glucosa en sangre, además de una tendencia mayor a padecer hipertensión, son los principales cambios ante los que conviene estar alerta.
Por último, existen los llamados factores de riesgo no tradicionales que son predominantes en la mujer. Se refieren a determinadas enfermedades autoinmunes como artritis reumatoide, lupus sistémico eritematoso y esclerodermia. “Estos desórdenes son altamente prevalentes en mujeres que tienen un riesgo alto de enfermedad coronaria y de otras enfermedades cardiovasculares”, explica el doctor Jordi Trias de Bes Casamajó.