La enfermedad cardiovascular (ECV) es la primera causa de muerte en el mundo, y España no es una excepción: el 24,30% de las muertes ocurridas en nuestro país en 2020 se debieron a enfermedades cardiovasculares. Una cifra que las sitúa por encima de los fallecimientos por tumores (22,80% en el mismo año).
A ello contribuye nuestro estilo de vida, que según los expertos influye en gran medida en el riesgo cardiovascular. Sin embargo, si logramos mantener controlados los factores de riesgo cardiovascular, las posibilidades de desarrollar ECV disminuyen considerablemente. Tanto que, según los expertos, hasta un 80% de las muertes prematuras por ECV se pueden prevenir haciendo pequeños cambios en nuestro estilo de vida.
Estos son los consejos de los cardiólogos para mejorar nuestra salud cardiovascular y ganar al mismo tiempo calidad de vida:
Prestar atención a la alimentación
Para poder mantener a raya factores de riesgo cardiovascular como la hipertensión, la obesidad, la diabetes o los niveles elevados de colesterol y triglicéridos, una alimentación saludable, como la dieta mediterránea, es clave. Como recuerda la Organización Mundial de la Salud (OMS), esta se basa en el consumo de frutas, verduras, legumbres y cereales integrales, evitando en lo posible tanto azúcares libres como grasas trans y limitando la ingesta de grasas saturadas en favor de las no saturadas, presentes en pescados, aguacates, frutos secos y aceite de oliva.
Si además de seguir esa alimentación controlamos las calorías, ingiriendo menos de las que gastamos, lograremos controlar los principales factores de riesgo de forma más eficaz.
Combatir el sedentarismo
Como explica la doctora Araceli Boraita, coordinadora del Grupo de Trabajo de Cardiología del Deporte de la Sociedad Española Cardiología (SEC), en este artículo, se ha demostrado que el sedentarismo es un factor de riesgo cardiovascular con tanto peso específico como el tabaquismo, la dislipemia o la hipercolesterolemia. “Cuando una persona se vuelve sedentaria, acumula enfermedad cardiovascular en forma de aterosclerosis generalizada, es decir, no solamente a nivel de las arterias coronarias sino también a nivel de los vasos arteriales de todo el organismo”, afirma Boraita.
Por el contrario, los beneficios del ejercicio físico están de sobra demostrados: reduce la presión arterial y los niveles de colesterol LDL o “colesterol malo”, ayuda a controlar los niveles de glucemia y a mantener el peso, mejora la capacidad pulmonar y la eficiencia cardiaca, y potencia los mecanismos antinflamatorios e inmunitarios, entre otros. La recomendación es practicar al menos 150 minutos por semana de ejercicio aeróbico moderado o intenso o al menos 75 minutos por semana de ejercicio vigoroso o un equivalente combinado.
No fumar
Otro imprescindible para cuidar la salud cardiovascular y mejorar nuestra calidad de vida es dejar de fumar. El tabaco acelera la ateroesclerosis, conocida como la enfermedad de las arterias, un proceso de degeneración que ocurre con el paso del tiempo pero que se acelera y adelanta por factores como el tabaco. Puede llegar incluso a producir trombos, que a su vez es posible que provoquen infartos, bien sea en el territorio cerebral o en el miocardio. Y también puede provocar cáncer de pulmón, tumores en boca, laringe y esófago o Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC), entre un largo etcétera de enfermedades. Según la OMS, fumar acaba con la vida de hasta la mitad de las personas que consumen tabaco. Pero además de que las evidencias científicas mantengan que el tabaco acorta la vida más de 10 años
Controlar los niveles de colesterol, de azúcar y la tensión arterial
Cuando las células son incapaces de absorber todo el colesterol que circula por la sangre, el sobrante se deposita en la pared de las arterias. Por eso es importante controlarlo a través del ejercicio y del consumo de vegetales, legumbres, cereales, hortalizas y frutas.
En cuanto a los niveles elevados de glucemia, uno de sus efectos es que afecta a los vasos sanguíneos, lo que incrementa el riego de ictus y de infarto de miocardio, al igual que puede provocar infartos en otros órganos. Para prevenir la diabetes es clave llevar un estilo de vida saludable.
Igualmente es importante mantener a raya la hipertensión, que puede acarrear complicaciones graves como infartos o ictus, además de nefropatías y otras enfermedades. En el centro de salud pueden tomarnos la presión arterial, pero si nos la medimos nosotros mismos en casa con un tensiómetro debemos seguir las recomendaciones que se detallan en este vídeo.
Vigilar la salud emocional
El bienestar emocional tiene un papel protector sobre nuestro corazón. Por eso es importante prestar atención a cómo nos encontramos emocionalmente. Contamos con herramientas que pueden ayudarnos a encontrarnos bien emocionalmente, como el deporte, que ayuda a liberar tensiones. O seguir una alimentación saludable, que también es un buen apoyo para mantener el estrés a raya, al igual que el descanso. En caso de que estas herramientas no sean suficientes, los expertos aconsejan buscar ayuda a través de los profesionales de la salud mental.