Cualquier día es perfecto para poner en marcha rutinas saludables que nos regalen salud y calidad de vida. Y el comienzo de un nuevo año es una de las fechas más elegidas para hacerlo.
A través de esos propósitos saludables podemos prevenir las enfermedades cardiovasculares: en más del 80% de los casos, los causantes del desarrollo de la enfermedad son los factores de riesgo, por lo que manteniéndolos controlados a través de un estilo de vida saludable estaremos regalando vida a nuestro corazón.
Pero, ¿qué rutinas debemos incluir en ese estilo de vida para mantener en forma nuestra salud cardiovascular y prevenir posibles problemas? Según los expertos, estos son los siete propósitos que no pueden faltar en nuestra lista para ganar salud y calidad de vida:
Hacer la compra “con corazón”
La alimentación influye directamente en nuestra salud, de forma que si seguimos una dieta saludable, como la dieta mediterránea, nuestro corazón nos lo agradecerá: a través de ella se reduce un 30% la posibilidad de sufrir enfermedad cardiovascular. Y para lograrlo es clave empezar por la cesta de la compra.
Como explica la doctora Anna Laffond en este vídeo de #PACTOSportucorazón, “se trata de tomar buenas decisiones a la hora de elegir lo que comemos. Es decir, más mercado y menos súpermercado. Elegir productos frescos, poco procesados, en lugar de productos ultraprocesados, y que esas decisiones sigan el patrón de la dieta mediterránea”, compuesta por frutas, verduras, hortalizas, aceite de oliva virgen extra, frutos secos, cereales integrales y legumbres, además de pescados y carnes blancas como fuente de proteínas.
Comer de forma saludable también fuera de casa
Los horarios del trabajo y la vida social en ocasiones nos llevan a comer o cenar fuera de casa con frecuencia. Pero hacerlo no significa que tengamos que abandonar nuestro propósito de seguir una alimentación saludable. Aunque podamos comer de todo, es importante no excederse con alimentos ricos en grasas; procurar acompañar con agua, que siempre es la mejor opción; elegir platos con pocos ingredientes salvo si se trata de un plato de verduras - por lo general, cuantos más ingredientes tiene un plato, más calorías aporta-; prestar atención al acompañamiento, ya que no es lo mismo una ensalada que unas patatas fritas; y procurar elegir la fruta como postre.
Más deporte
Los gimnasios suelen llenarse cada comienzo de año porque el propósito de hacer más deporte es uno de lo más frecuentes debido a la cantidad de beneficios que trae consigo el ejercicio físico. La salud cardiovascular está entre las que se benefician de esa rutina deportiva: la actividad física frecuente ayuda a mantener controlados los factores de riesgo cardiovascular, contribuyendo a bajar los niveles de colesterol LDL y de triglicéridos, así como a subir los de HDL -popularmente conocido como colesterol “bueno”-, además de mantener a raya la diabetes, la hipertensión, la obesidad y el estrés. Para obtener todos estos beneficios debemos practicar al menos entre 150 y 300 minutos semanales de actividad física aeróbica de intensidad moderada, o el equivalente en actividad intensa, lo que serían al menos entre 75 y 150 minutos semanales.
Dejar de fumar
Si eres fumador, el mejor regalo que puedes hacer a tu corazón es dejar de fumar, por lo que es un propósito esencial si quieres ganar salud y calidad de vida. El tabaco es un importantísimo factor de riesgo cardiovascular, y eliminándolo de tus hábitos estarás dando vida a tu corazón. Tanto que se calcula que a las 12 horas posteriores al consumo de un cigarrillo, los niveles de monóxido de carbono y de nicotina bajan y los pulmones y el corazón comienzan a reparar el daño causado por el humo de los cigarrillos. Los beneficios a medio y largo plazo son mucho mayores.
Más descanso
El cuerpo necesita descansar para funcionar con normalidad. Por eso, según los expertos es esencial poder dormir las horas necesarias si queremos disfrutar de salud. De hecho, si además de llevar unos hábitos de vida saludables dormimos al menos unas siete horas diarias, el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares se reduce hasta en un 65%, según un estudio publicado en European Journal of Preventive Cardiology.
Disfrutar con actitud positiva
El bienestar emocional también puede ayudarnos a proteger la salud cardiovascular. Tanto que tener una actitud positiva reduce el riesgo de infarto. Por un lado, influye en la promoción de hábitos de vida saludables como no fumar, hacer ejercicio físico, dormir bien o alimentarse de forma adecuada; por otro, facilita otros factores sociales que han demostrado ser cardioprotectores, como el apoyo familiar y social; y además, influye directamente sobre algunos procesos biológicos de forma positiva, como el funcionamiento del sistema inmune.
Más aire limpio
Aunque había pasado desapercibido durante décadas, la contaminación ambiental es un importante factor de riesgo cardiovascular que se relaciona directamente con diferentes patologías como arritmias y cardiopatía isquémica, tanto en fase aguda, como en el caso del infarto de miocardio, como en fase crónica, contribuyendo a la ateroesclerosis. Para intentar reducir el impacto de la contaminación en la salud cardiovascular podemos caminar o ir en bicicleta en lugar de conducir, evitando calles con tráfico; comprobar los niveles de contaminación atmosférica a través de aplicaciones móviles que indican cómo es la calidad del aire y evitar en lo posible zonas muy contaminadas; y procurar hacer ejercicio regularmente en rutas verdes.